La influencia de la cultura tamil en Sri Lanka, segunda etnia más mayoritaria, ha contribuido a engrandecer el patrimonio de esta bella isla.
Escrito por: Esther Pardo
La riqueza cultural de “la lágrima de la India” no se puede entender sin la aportación de la etnia tamil. Con una lengua propia y una historia milenaria, el patrimonio de este grupo se empezó a distinguir desde muy temprano de las contribuciones del resto de etnias que emigraron procedentes de la India, al tiempo que alimentaban las señas de identidad de un país, destino turístico de fama mundial.
Concentrados fundamentalmente en el norte y este de la isla, la cultura tamil en Sri Lanka está formada por un grupo mayoritariamente hindú que no ha cejado nunca en su empeño de verse reconocido, y para ello ha utilizado también la cultura como instrumento de reivindicación. Y es que, pese a que su poder cualitativo no sea tan grande como el de los cingaleses (la etnia mayoritaria), sólo basta con echar la vista atrás para encontrar las huellas tamiles en múltiples aspectos de la vida ceilandesa.
Con sólo observar el paisaje, el turista puede descubrir su marca. Basta con fijarse en los templos hinduistas basados en la arquitectura dravidiana – con una estructura en forma de torre, como el templo hinduista de Koneswaran en Trincomalee– para identificar la impronta de este grupo, cuyas mujeres sobreviven de forma mayoritaria de la recolección de la hoja de té.
Y es en esa ciudad, Trincomalee, centro de la cultura tamil en Sri Lanka, es donde nació el primer creador de bandas sonoras de esta comunidad. Y es que el cine es una de las artes en las que los tamiles también han marcado su territorio. Centrado en la ciudad de Jaffna, esta industria, pese a no estar tan desarrollada como la de sus compatriotas indios, resiste, al igual que otra de las manifestaciones culturales más significativas: el baile. Basta con ir al distrito de Batticaloa, en la provincia oriental de Sri Lanka, para contemplar el famoso y tradicional, mezcla de danza y teatro y paradigma de arte indígena por el que los tamiles luchan por su pervivencia.
Por último, cabe destacar el instrumento cardinal que hay en esta cultura y una de sus principales señas de identidad: la lengua. Con una literatura que se remonta a la época Sangam (siglo III a.C.), la cultura tamil en Sri Lanka se percató de la importancia de proteger y fomentar su lenguaje. Para seguir manteniéndolo vivo y actualizado, haciendo especial hincapié en el desarrollo de terminología técnica y científica que la mantenga en consonancia con los cambios que sufre la sociedad.