El régimen de lluvias del sur de Asia está marcado por los vientos elíseos que traen la lluvia a India entre mayo y septiembre. El país es tan grande y diverso que no hay una temporada húmeda ni un solo tipo de lluvia. Te cuento 4 lugares donde no llueve en monzón.
Por: Enric Donate
Rajastán: donde no llueve en monzón
Si vas a viajar a India en verano casi seguro que te estás planteando ir a Rajastán. Vecino de Delhi y el Taj Mahal en Agra, Rajastán es el estado más pintoresco del norte de India. El paisaje árido de Rajastán se debe al desierto del Thar que ocupa buena parte de su superficie. Allí se encuentran ciudades míticas como Jodhpur, Bikaner o Jaisalmer, destino de las caravanas de camellos que cruzaban el desierto. En la zona occidental de Rajastán solo llueve 5 días al año. Sería muy mala suerte que te cayera encima.
Karnataka: donde no llueve en monzón
Bangalore es la capital de Karnataka, un estado situado en el altiplano del Decán. Esta elevación lo convierte en un destino único, con un clima primaveral casi todo el año que permite sortear el monzón. En Karnataka encontrarás los grandes palacios del Sultán de Mysore, el origen del mejor incienso de India, parques nacionales con tigres y elefantes que no cierran durante la época de lluvias como Bandipur y sorprendentes conjuntos monumentales en la ciudad de Hampi, antigua capital de Vijayanagar o los templos Hoysala en Belur y Halebid.
Tamil Nadu: donde no llueve en monzón
Viajar a India del sur en verano es posible sin que te caiga una gota. Situado al sudeste de India, el estado de Tamil Nadu es un destino excelente para la época de monzón. Además de templos milenarios en Mahaballipuram, Thanjavur o Madurai, la ciudad colonial francesa de Pondicherry y una gran variedad paisajística, Tamil Nadu solo recibe precipitaciones escasas durante el monzón de retirada en el mes de octubre, por lo que el resto del año es un destino donde apenas hay lluvias.
Ladakh: donde no llueve en monzón
El pequeño Tibet te espera al cruzar el Himalaya indio. A los pies de picos de 6000 metros, el valle de Leh está atravesado por el río Indo y sus aguas turquesas. Aquí la vegetación es escasa y la montaña desnuda descubre los mil colores de la roca, a veces amarillos, grises, violáceos o tostados. Julio y agosto son los meses más apropiados para visitar esta región plagada de monasterios y aldeas aisladas puesto que el deshielo permite el acceso a muchas zonas elevadas. Las lluvias caen aquí de forma esporádica puesto que Ladakh es fundamentalmente árido.