Si bien existen diversas definiciones acerca de los estados que conforman la zona más septentrional del gigante indio, nosotros apostamos por estos mejores lugares que ver en India del Norte, una tierra llena de misticismo, introspección y belleza natural.
Escrito por: Alberto Piernas
Desde que India alcanzara su independencia en 1947, han existido diversos debates acerca de qué estados considerar como parte de India del Norte y cuáles no. Si bien Jammu y Cachemira, Himachal Pradesh, Punjab y Uttara-Khand son considerados como los territorios que forman el norte del subcontinente indio, otros estudios incluyen Rajastán, Haryana, Uttar Pradesh o Madhya Pradesh, de los cuales nosotros preferimos reservar algunos para el maravilloso Triángulo de Oro.
Déjate llevar a través de lagos donde los barqueros reman cargados de flores, monasterios congelados en tiempo y espacio o ciudades de retiro en las que sucumbir a las raíces del yoga a través de estos siguientes lugares que ver en India del Norte:
1) Jammu y Cachemira
Antaño conocido como «el paraíso en la Tierra», Jammu y Cachemira es un estado abrazado por los Himalayas e India que a su vez limita con China y Pakistán. Una tierra nómada y mística que a pesar de su hermetismo esconde grandes maravillas naturales y culturales tejidas entre la región de Ladakh, el valle de Cachemira y Jammu, la capital invernal de este estado. Un norte superlativo en el que coexisten ciudades majestuosas, valles donde tu eco será el único sonido o lagos moteados de coloridas embarcaciones. Estos son los mejores lugares que ver en Jammu y Cachemira.
Lago Pangong
También conocido como Pangong Tso, este lugar evoca, como pocos otros en India, la perfecta definición del cielo en la Tierra. Ubicado a 4.250 metros sobre el nivel del mar, el lago más alto del mundo se ubica entre la India y el Tíbet chino regalando un conjunto de aguas de un azul sobrenatural rodeado por montañas que siguen susurrando leyendas de otro tiempo. Un obligado al que, por otra parte, solo se puede acceder en grupos de mínimo cuatro personas.
Srinagar
La capital de verano de Jammu y Cachemira es una ciudad ubicada en el valle de Cachemira convertida, a lo largo del tiempo, en el lugar de descanso favorito de indios y británicos. Una joya monumental surcada por el río Jhelum y asomada a su gran atracción: ¡Dal Lake! Un lago famoso por su bullicio, actividad o la presencia de las shikara, casas-barco de madera decoradas de varios colores que evocan el encanto de esa India colorida donde se dan cita desde mercados flotantes hasta travesías bajo cielos de mil estrellas.
Leh
La antigua capital del reino de Ladakh sobrevive en el tiempo a pesar de episodios como la represión tibetana de 1959 que obligó al Dalai a viajar más al sur. Un lugar estratégico en las antiguas rutas textiles que conectaban diferentes puntos a través del Valle del Indo y que hoy día resurge en forma de lugares como su fastuoso Palacio Real o la Estupa Shanti, un monumento blanco en lo alto de la colina de Chanspa y que reúne algunas reliquias de Buda bendecidas por el decimocuarto Dalai Lama. Si además sumamos sus magníficas vistas del valle, la experiencia de haber tocado el cielo es más que innata.
Valle de Nubra
Estatua de Maitreya Buda en el Valle de Nubra. © Wikipedia Commons
A 150 kilómetros al norte de Leh reside una tierra mágica de pueblos lejanos, estupas mágicas y valles helados donde se entrelazan algunos de los grandes contraste de India del Norte. Desde las exquisitas localidades de Sumur o Diskit, con su activa gompa, hasta los camellos de Hundar pasando por el gran icono de este valle de ensueño: la estatua de Maitreya Buda situada frente al río Shyok que representa la paz con la fronteriza Pakistán. Un lugar que hará las delicias de los amantes de la fotografía.
2) Himachal Pradesh
Situado en los Himalayas Occidentales, el estado de Himachal Pradesh es una zona rural tejida por diferentes valles donde coexisten desde pueblos turísticos hasta lugares de peregrinación hindú como templos y lagos. El lugar ideal para tocar el cielo y sentir la presencia de dioses eternos que veían en los Himalayas el nacimiento de diferentes bendiciones.
No te pierdas estos lugares que ver en Himachal Pradesh:
Valle de Spiti
Spiti (o Tierra de En medio) hace referencia a un valle que separa el Tíbet de India y donde se extienden bastos páramos de desierto gélido y ríos épicos. Famoso por la presencia de monasterios como Tabo, uno de los más antiguos del mundo, o el Key, uno de los más fotografiados, el Valle de Spiti es una tierra misteriosa colmada de banderas de colores, escuelas de lamas o piedras mani, o el arte de pintar mantras en la montaña. Una zona de ensueño cuyos duros inviernos obligan a bloquear la principal ruta de acceso de noviembre a junio, pudiendo acceder igualmente desde Shimla hasta el pueblo de Kaza.
Manali
Concebido como mejor umbral antes de adentrarse en Spiti, Manali es un pueblo famoso por su conjunto de escenarios naturales, pueblos hippies y monasterios budistas. Un microcosmos abierto a los Himalayas y el famoso Valle de Soland, donde poder descansar tranquilo envuelto por una naturaleza hipnótica en la que también está considerada como «Capital de las Lunas de Miel» de India.
Dharamsala
La capital donde reside el famoso Dalai Lama está considerada el corazón espiritual de India del Norte y uno de los lugares más recomendables de visitar. Dividida en dos niveles de altitud (el más alto responde al nombre de Mcleodganj y el más bajo a Bajo Dharamsala), esta ciudad no solo supone el mejor lugar para degustar el famoso té de Kangra, sino también adentrarse en sus templos tibetanos o asistir a un partido de cricket en su enorme estadio.
3) Punjab
Fruto de un crisol de culturas que engloba desde los indo-arios hasta mogoles pasando por invasiones griegas o persas, el estado de Punjab continúa siendo un estado variado y religioso definido por la innovación de sus ciudades o la solemnidad de templos que forman parte de cualquier visita obligada a India. Déjate seducir por esta tierra de contraste y descubre qué ver en Punjab:
Chandigarh
Si bien sirve de capital a dos estados, Haryana y Punjab, Chandigarh merece una mención especial en este recorrido gracias a sus muchos encantos y su condición de «ciudad inteligente». De hecho, Chandigarh fue la primera ciudad india que contó con un trazado urbano como tal. No dejes escapar la oportunidad de relajarte junto al Sukhna Lake, visitar el Rock Garden o admirar la arquitectura de su Capitolio, también conocido como Le Corbusier Centre y definido como todo un hito vanguardista.
Amritsar
Amritsar es una ciudad famosa por muchas cosas, pero especialmente por la presencia de un Templo Dorado de Amritsar (o Darbar Sahib) que no solo supone el mayor símbolo de la religión sij, sino de toda India junto con el Taj Mahal. Un epicentro religioso abierto a todas las creencias del mundo y a un lago (o sarovar) que data de finales del mismo siglo XVI. Un destino de peregrinaje único convertido en todo un deleite para la fe humana y que, especialmente al atardecer, adquiere un encanto sobrenatural.
4) Uttara-Khand
Conocida como «Tierra de dioses» en referencia a los muchos templos hindúes y centros de peregrinaje, Uttara-Khand puede presumir de ser uno de los estados más variados de toda India. Desde su potencial religioso (es aquí donde el Ganges comienza su periplo) hasta sus parques naturales o estaciones de esquí talladas en los Himalayas, Uttara-Khan supone todo un desafío para un viajero que quedará conquistado por los siguientes lugares:
Haridwar
Una de las cuatro ciudades donde cayó el amrita (o elixir de la inmortalidad) junto con Ujjain, Nashik y Allahabad, todas ellas sede del famoso Kumbh Mela, es la primera en acoger el paso de un río Ganges liberado por Lord Shiva de los cabellos de la diosa Ganga. Con tales leyendas, no es de extrañar que sean miles las personas que se acercan a Har Ki Pauri, un ghat al que se asoman los peregrinos, junto con templos como el Mansa Devi, el Maya Devi o el Chandi Devi, muchos de ellos erigidos en las colinas que permiten vistas inmejorables de esta ciudad digna de la más fascinante epopeya hindú.
Valle de las Flores
Designado Parque Nacional, el Valle de las Flores evoca esa primavera de flores y colores bendecida por un trasfondo de nieve y montañas conformado por los Himalayas. Un paraíso a más de 3300 metros de altitud donde la naturaleza se abre camino a través de especies como el oso negro asiático, el leopardo de las nieves o las curiosas ovejas azules. Animales que conviven entre llanuras moteadas de flores, especialmente en unos meses de agosto y septiembre en los que el paso del monzón deja como testigo tapices inmensos acariciados por mariposas.
Jim Corbett National Park
Entre las colinas que franquean los Himalayas se extiende uno de los parques nacionales más bonitos de toda India y uno de los mejores lugares para ir de safari. Bautizado en honor al naturalista británico Jim Corbett, este parque nacional engloba hasta 580 especies de aves, 50 de árboles y otras 50 de animales en torno al río Ramaganga, principal arteria de este escenario dividido en diferentes ecosistemas que van desde las llanuras hasta la selva más tupida. Además, el Corbett destaca por ser el primer organismo en apostar por la repoblación del tigre de Bengala, la gran estrella de esta tierra salvaje donde no todas las áreas son visitables.
Rishikesh
En febrero de 1968, los Beatles viajaron a cierta ciudad del norte de India para sucumbir a unas disciplinas místicas que, con el tiempo, serían exportadas al resto del mundo. Fue a partir de aquel momento cuando Rishikesh saltó al panorama viajero como meca del yoga, especialmente cuando se trata de una ciudad donde existen cientos de centros de terapia aderezados con las restricciones de alcohol, drogas y comidas no vegetarianas que redefinen este imperio del bienestar. Una ciudad llena de encanto donde sus grandes templos y estupas se entrelazan con parcelas de soledad asomadas a un río Ganges lleno de magia y misticismo. Sin duda, uno de los mejores lugares para practicar yoga en India.
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