Hay templos que se leen alzando la mirada. Deja que te atrapen los colores y el misticismo del templo de Ramanathaswamy, uno de los lugares más fascinantes de India del Sur.
Escrito por: Alberto Piernas
Ramanathaswamy: el color de India
En algún lugar de la costa del estado de Tamil Nadu, en India del Sur, la tierra hace el amor con el océano Índico a través de la isla de Rameswaram, separada de la cercana Sri Lanka por un canal una vez cruzado por el dios Rama para rescatar a su amada Sita.
Un micromundo único y fascinante, donde pescadores aún cuentan historias ancestrales y templos milenarios alzan sus gopuram entre casitas de salitre y palma. Uno de ellos, quizás el más espectacular de todos, es el templo Ramanathaswamy, ubicado en la ciudad de Rameswaram.
Dedicado al dios Shiva, Ramanathaswamy (maestro de Rama) es uno de los principales imanes para miles de peregrinos por varios motivos: no solo es uno de los doce templos Jyotirlinga (representación de Shiva), sino uno de los tres Nayanars (santos del shaivismo, considerada como la religión más antigua del mundo), y uno de los 274 templos de Shiva que se reparten por todo el subcontinente indio.
Según la leyenda recogida en el poema hindú Ramayana, el dios Rama, avatar de Vishnu, pidió al dios Shiva por el perdón de sus pecados cometidos durante la guerra contra el rey Ravana, en Sri Lanka. Rama ordenó al dios Hanuman que le trajese un lingam desde los Himalayas pero, ante su retraso, el propio rey construyó un lingam con arena de playa que, según los creyentes, es el mismo que sobrevive en el interior del complejo.
Un envoltorio místico que invita a perderse en espacio y tiempo por todos los secretos que aguardan en este mundo de color y cantos espirituales.
Qué ver en Ramanathaswamy
Según los expertos, el actual templo Ramanathaswamy comenzó siendo una humilde choza de paja que fue transformándose a lo largo del tiempo. El boceto del actual templo fue mandado a construir en el siglo XII por orden del rey Parakramabahu de Polonnaruwa (actual ciudad santa de Sri Lanka). La ampliación que conecta con su imagen actual, fue impulsada por la dinastía Sethupati en el siglo XVIII. El templo que hoy todos conocemos cuenta con dos grandes torres (este y oeste) y cinco gopuram (o umbrales) junto a la entrada oeste.
Concebido como un fastuoso homenaje a Shiva, el templo Ramanathaswamy se caracteriza por sus tres llamativos sistemas de corredores. De hecho, su corredor exterior está considerado como el más largo de sus características de todo el mundo, con 120 metros de longitud. Una golosina pictórica que ensalza los colores y formas que vinimos a buscar a India, ya que además de sus pilares de 7 metros tratando de tocar el cielo, la bóveda contiene coloridos frescos que simulan mandalas.
Este es uno de los tres corredores del templo. Los interiores, los más antiguos del complejo, engarzan el santuario del templo, donde yace el lingam sagrado que una vez Rama diseñara en una playa solitaria tras volver de la guerra. Junto al principal, existen otros pequeños santuarios dentro del templo, gestionados tan solo por seis sacerdotes, una escasa cifra para un lugar de tan magnas características.
Además de los famosos corredores y santuarios, Ramanathaswamy destaca por la presencia de hasta 64 espacios acuáticos repartidos por toda la isla de Rameswaram, de los cuales 22 residen en el templo (22 es el número de arcos de Rama, nada queda al azar) . Estos lugares sagrados son especialmente importantes para los peregrinos que llegan al templo a lo largo del año, ya que muchos de ellos se sumergen buscando la estela de Rama y así limpiar sus pecados terrenales.
Un oasis de fe donde conviven los pasajes más legendarios de la mitología hindú y que supone uno de los principales iconos a visitar durante tu próxima viaje a India.