Pensar en India, Sri Lanka o Nepal supone hacerlo en magia, cultura y espiritualidad. Te adentramos en las siguientes 10 experiencias místicas en el subcontinente indio a fin de transformar por completo tu próxima inmersión.
Escrito por: Alberto Piernas
Ese aroma de azufre, sándalo y hojas secas. El peregrino errante sentado en un margen del Ganges mientras el mundo sigue girando. El adivino que lee tu mano en la entrada de una cueva sagrada. Las sonrisas que confirman que la felicidad no es un lugar, sino un estado de la mente.
Podríamos contaros muchísimas historias repartidas a lo largo y ancho del subcontinente indio. Imágenes que hablan de otras dimensiones, creencias y trances. Pero pensamos que siempre será mejor experimentarlo por tu propia cuenta en primera persona. Estas 10 experiencias místicas en el subcontinente indio pueden ser un buen comienzo.
1. Hospedarse en un ashram en Rishikesh (India)
Rishikesh es una ciudad ubicada a los pies de los Himalayas, en el estado de Uttarakhand, donde todo visitante puede sumergirse en una experiencia transformadora. Conocida como la Capital del Yoga, Rishikesh fue en 1968 el destino elegido por Los Beatles para realizar un retiro espiritual del que surgió la grabación de su famoso The White Album y, con él, la expansión de una práctica yóguica que daría la vuelta al mundo hasta nuestros días. Alojarse en un ashram, o típico alojamiento de oración, en Rishikesh para despertarse y sucumbir a una clase de yoga junto al Ganges evoca, como pocas experiencias, lo que vinimos a buscar.
2. Peregrinar hasta Mihintale (Sri Lanka)
Cuenta la leyenda que Mahinda, uno de los principales discípulos de Buda, alcanzó una colina de Sri Lanka en la que encontró al rey Devanampiyaltissa. Este encuentro supondría el nacimiento del budismo en Sri Lanka, siendo hoy Mihintale (la Meseta Mihindu) uno de los lugares de peregrinación más importantes de la antigua Ceilán. Especialmente en el mes de Poson, el camino comienza no lejos de la ciudad sagrada de Anuradhapura para ascender por los 1840 escalones que conducen hasta lo alto de esta colina mágica.
3. La iluminación de Buda (India)
Uno de los lugares más importantes para los budistas en India es el pequeño pueblo de Bodh Gaya, situado en el estado de Bihar. Según las escrituras sagradas, Buda recibió aquí su iluminación hace 2.600 años mientras permanecía sentado bajo un árbol bodhi. Hoy, todo visitante puede aproximarse a este oasis mágico para explorar las huellas históricas del maestro en el Complejo de Templos de Mahabodh y adentrarse en un jardín de meditación donde hoy luce uno de los descendientes de aquel mítico árbol bodhi.
4. Cualquier momento en Varanasi (India)
La ciudad de Varanasi podría ser perfectamente el lugar más místico del planeta. Y es que cualquier rincón y experiencia en la antigua Benarés parece tocado por un halo de espiritualidad: en los ghats, o escalones que conducen al río Ganges, los fieles se bañan entre la Tierra y el Cielo; a media tarde los rituales y ofrendas del Ganga Aarti envuelven de humo los colores de la ciudad; y los actos crematorios, a pesar de no ser la experiencia más agradable, confirma la visión de India sobre la muerte de una forma tan impactante como sensorial.
5. Algo brilla en el Templo Dorado de Amritsar (India)
Si Varanasi es considerada como la ciudad más espiritual de India, el Templo Dorado de Amritsar podría ser perfectamente el monumento donde la India renace. Este icono de la religión sij ubicado en la ciudad de Amritsar, en el estado de Punjab, se nutre de las vibraciones místicas del lago del Amrit, el néctar de los dioses, al que peregrinos y fieles se asoman en busca de respuestas. Una vuelta en el sentido de las agujas del reloj te ayudará a situarte en este epicentro cósmico cuyo dorados y fervor conforman una de las mejores experiencias místicas en el subcontinente indio.
6. Un sabio en las cuevas de Dambulla (Sri Lanka)
Dambulla es un conjunto de hasta 82 cuevas ubicado en la localidad homónima, en el centro de Sri Lanka. Una guarida en la que monjes budistas se refugiaron hace cientos de años buscando sosiego, paz y meditación dando lugar a impresionante frescos en las bóvedas rocosas, además de numerosos instrumentos de la época rescatados en el tiempo. Pasear por las cuevas de Dambulla implica prestarse a lo desconocido, especialmente cuando una charla con uno de los sacerdotes te revela una lectura con hojas quemadas que consigue despertar en ti sensaciones que creías olvidadas.
7. Alcanzar la estupa de Boudanath (Nepal)
Nepal se despliega ante el visitante como un lugar de un misticismo único, inherente a cada templo, cada vivienda, cada cumbre. Sin embargo, el mejor lugar por el que comenzar esta odisea espiritual es la estupa de Boudanath, situada a 10 km de Katmandú y compuesta por numerosos elementos que le confiaron el simbolismo esperado: desde la kumbha, la gran cúpula que simboliza el agua, hasta la aguja que representa las 13 fases a experimentar antes de alcanzar el Nirvana, Boudanath supone uno de los lugares más especiales de Nepal.
8. Realizar un trekking por los Annapurna (Nepal)
Hay experiencias espirituales que no requieren de un lugar concreto, sino de un sentimiento. De aires acariciándonos el cabello, pueblecitos perdidos al amparo de las estrellas y templos perdidos que dibujan el camino al cielo. Visitar Nepal implica sucumbir a una jornada de trekking, y una de las rutas más interesantes es la que parte de la ciudad de Pokhara. El mejor punto de partida a la hora de fundirse con unos Annapurna que suponen el mejor preámbulo a los Himalayas, a un techo del mundo donde parecen fundirse lo inexplicable y lo terrenal.
9. Descansar en Isha Yoga Center (India)
Si buscas realizar un retiro espiritual único, Isha Yoga Center es un complejo cultural ubicado en Coimbatore, en el estado de Tamil Nadu, concebido a modo de espacio sagrado donde conviven los cuatro senderos principales del yoga: el riya (o energía), el karma (acción), bhakti (devoción) y gnana (conocimiento). El centro fue impulsado por el maestro Sadhguru Jaffi Vasudev, uno de los principales divulgadores de yoga en todo el mundo, y cuenta con diversas instalaciones donde sucumbir a un viaje que solo puede explicarse cuando te encuentras ante la mítica estatua de Adiyogi.
10. Recorrer Polonnaruwa en bicicleta (Sri Lanka)
Polonnaruwa, en el centro de Sri Lanka, fue una vez una de las grandes ciudades imperiales de la isla. En la actualidad, 8 km cuadrados de ruinas y yacimientos arqueológico entre los que destaca el conjunto Gal Vihara invitan a descubrir los secretos de la historia de diferentes formas, entre ellas, en bicicleta. Pedalear entre los pasadizos y antiguas calles de Polonnaruwa supone una experiencia religiosa en sí misma, tan moteada de sabiduría milenaria como lagos de nenúfares.