Jaipur, el pozo escalonado de Chand Baori o el avistamiento de tigres en Ranthambore son algunas de las experiencias más icónicas a disfrutar en el estado más famoso de India. Sin embargo, existe vida más allá cuando hablamos de los siguientes lugares desconocidos de Rajastán.
Escrito por: Alberto Piernas
Avistamiento de grullas en Kheechan. ©Wikipedia Commons
Tienes el mapa de India delante y vuelves a ser ese niño jugando con tu destino. El dedo señala al Taj Mahal, claro, pero automáticamente se desplaza al cercano Rajastán. El estado más famoso de India es por muchos conocido como perfecta antesala a una aventura por territorio hindú gracias a sus fortalezas eternas, los atardeceres engullidos por camellos y los enormes palacios de pórticos coloridos. Una tierra nómada, macerada por la India más tradicional y aquella que aún aguarda ser descubierta. No vamos a negar un recorrido por sus escenarios típicos, pero nunca está de más bucear por los mejores lugares desconocidos de Rajastán.
Bundi
“El Palacio de Bundi, incluso a plena luz del día, es un palacio que los hombres construyen para sí mismos en sueños intranquilos, obra de duendes más que de hombres.” Con estas palabras se refirió una vez el Premio Nobel Rudyard Kipling al Palacio de Bundi (o Sukh Mahal), lugar donde pasó tiempo encerrado escribiendo su famosa novela Kim. Rudyard no se equivocaba. Bundi es una enigmática ciudad de la región de Hadoti digna de cuento de hadas: desde el baori Raniji Ki Baori, uno de los más espectaculares, hasta la impresionante estructura del Taragarh Fort, uno de los fuertes más antiguos de Rajastán.
Kheechan
India es hogar de miles de aves migratorias, y uno de los mejores ejemplos lo encontramos en el pueblecito de Khichan, en el distrito de Jodhpur. Un reducto conocido por ser núcleo de una de las mayores poblaciones de grulla damisela, ave que visita esta zona cada invierno. A principios de la década de los 70, una pareja local comenzó a alimentar a los polluelos de esta grulla hasta que nuevos ejemplares fueron llegando. Para 2014, Kheechan ya acogía a 30.000 grullas damiselas. Además del bird watching, el pueblecito de Kheechan evoca el concepto de poblado desértico donde la jharokha (o ventanas de piedra) relucen en un templo olvidado y sus calles regalan coloridas estampas dignas del mejor espejismo.
Karauli
La leyenda cuenta que esta ciudad fue construida por Raja Bijai Pan Jadon, el descendiente número 88 de Lord Krishna, en el año 995. Verdad o no, lo cierto es que Karauli parece erigida por manos de otro mundo. La arquitectura de piedra roja con grabados azulados dignos de las Mil y una Noches envuelve esta gema en mitad del desierto y sus muchas atracciones: Shri Mahavirji es uno de los grandes lugares de peregrinación de la religión jaina; el Kaila Devi, un fascinante templo asomado a la orilla del río Kalisil y el Timangarh Fort conforma un cinturón histórico épico.
Lakshman Sagar
El azul siempre es más azul en mitad del desierto, y las piscinas del resort Lakshman Sagar lo confirman. Este hotel boutique de la cadena Sewara ubicado en Pali apuesta por el “slow living” como mantra aprovechando la construcción original del siglo XIX concebida como lugar de caza para el Thakur de Raipur. La cultura de la hospitalidad se mantiene en este conjunto de 32 acres de tierra donde la arquitectura, la cocina y las actividades a medida suspiran bajo nuevos diseños y una contemplación única.
Osian
Más cercano a un oasis que a una población como tal, esta antigua ciudad del distrito de Jodhpur supone un milagro en mitad del desierto de Thar. Conocida por muchos como el «Khajuraho de Rajasthan» por sus templos de sórdidas esculturas, Osian engloba atracciones como los templos medievales de Kali, Sachiya Mata o Vishnu. Además, ofrece una lista de actividades que incluye paseos en camello, vuelo de cometas y venta de joyas tradicionales en mercados típicos como el Roop Bazaar y el Moyal Market.
Jawai Bandh Leopard Conservation Reserve
Aunque la mayoría de las miradas se dirigen al tigre de Bengala cuando pisamos territorio indio, el leopardo es otro de los animales estrellas de zonas como Rajastán. La reserva de Jawai Bandh es famosa por acoger templos regentados por sacerdotes que desde tiempos inmemoriales han convivido con estos gatos de lunares hoy avistables. Desde su declaración como reserva en 2010, Jawai Bandh no ha parado de atraer a fotógrafos, visitantes y curiosos fascinados por la naturaleza de la zona y otras especies como aves migratorias o cocodrilos. El safari en India era esto.
Kuldhara
Kuldhara es un pueblo abandonado del distrito de Jaisalmer cuyos misterios hoy flotan entre las antiguas viviendas de los brahmanes Paliwal, quienes vivieron aquí a partir del siglo XIII. Según la leyenda, los Paliwals fueron víctimas de una maldición que les impedía volver a reocupar la zona, motivo por el que esta quedó deshabitada. De hecho, diferentes equipos de programas sobre fenómenos paranormales que han pasado las noches entre las piedras han confirmado escuchar lamentos y ver sombras. El gobierno de India decidió rehabilitar Kuldhara como lugar turístico en 2015 y hoy este laberinto histórico supone un paseo entre las luces y tinieblas del desierto único.
Estos lugares desconocidos de Rajastán invitan a ir más allá de los lugares de siempre y experimentar el encanto de esta estado mágico desde sus raíces. No dudes en hacer tus consultas a Sociedad Geográfica de las Indias a la hora de realizar el viaje a India (y los lugares desconocidos de Rajastán).