Darjeeling es una ciudad rodeada de campos de té color esmeralda y espiada por el impresionante pico Kanchenjunga a la que todos huyen buscando respuestas. Te contamos qué ver y hacer en este fascinante lugar de India.
Escrito por: Alberto Piernas
Darjeeling: qué hacer
Darjeeling es una ciudad a la que todos huyen. Lo hacían los oficiales británicos durante el verano, abrasados por el sofocante calor de las llanuras de India. También Adrien Brody en la película Viaje a Darjeeling de Wes Anderson. Pero especialmente, todo aquel viajero en busca de desconexión. Esta ciudad del estado de Bengala Occidental nace de los caprichos de India, Nepal y Bután, países que a lo largo de los siglos se han repartido este escenario estratégico. Alrededor de Darjeeling se extienden tapices de plantaciones donde se recolecta uno de los tés más famosos del mundo, los Himalayas besan los tejados y un tren legendario enlaza rincones olvidados por el mundo. ¡Bienvenidos a Darjeeling! (Y a todas las experiencias que debes vivir en esta desconocida ciudad de India).
Montar en el ‘tren de juguete’ de los Himalayas
En 1881, los británicos completaron la línea ferroviaria de Darjeeling, la cual úne las localidades de Siliguri y Darjeeling a través de 78 km de longitud y una elevación que oscila entre los 100 y los 2200 metros. La segunda línea de tren designada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco invita a realizar un tramo más corto desde Darjeeling hasta Gloom y detenerse unos minutos en Batasia Loop. En esta parada puedes visitar el monumento de guerra dedicado a los soldados gurjas, unidades de las fuerzas armadas de India y Reino Unido.
Visitar las plantaciones de té
Junto a la travesía en el tren de los Himalayas, la segunda gran atracción de Darjeeling consiste en visitar sus plantaciones de té. Aprovechando el clima húmedo de la zona, los británicos impulsaron la primera plantación de té en Darjeeling en 1841. Un precedente que hoy despliega hasta 80 jardines de té entre los que destacan sus dos plantaciones más importantes: Happy Valley Tea Estate, la más popular y productora de uno de los tés más orgánicos de la región; y Badamtam Tea Estate, a 15 minutos al norte de Darjeeling, famosa por la estatua de Buda presidiendo todo el panorama. Por supuesto, puedes comprar té en las diferentes plantaciones y realizar visitas a las factorías donde se produce este elixir oriental. Una alternativa única para asomarte al interesante mundo del té a través de explicaciones y catas.
Hospedarte en una plantación de té
Sí, como puedes comprobar el té es un gran protagonista de Darjeeling y el llamado «tea tourism«, una de las modalidades más populares. La plantación Sourenee Tea State cuenta con su propio hotel boutique en mitad de 99 hectáreas de plantación; mientras que Kalej Valley Tea Estate engloba su Rainbow Valley Resort, un conjunto de cabañas de madera entre nubes esmeralda a 50 minutos al sur de Darjeeling. Otra opción la encontramos en Tathagata Farm, una comunidad de agricultores de té orgánico que ofrece una experiencia mucho más local, además de rutas de senderismo y estancias en tiendas de lujo modo glamping.
Admirar el pico de Khangchendzong
Kanchenjunga es la tercera montaña más alta del mundo con 8.586 metros de altura y se ubica entre Nepal y el estado indio de Sikkim. Un espectáculo de la naturaleza que podemos contemplar desde diferentes miradores alrededor de Darjeeling como Tiger Hill o el mencionado Bantasia Loop, una de las paradas del tren de los Himalayas. Los mejores meses para a ver con claridad la montaña comprenden los períodos entre marzo y abril, o entre octubre y enero, ya que los cielos están más despejados tras el monzón. Respecto a la mejor hora para tomar esa fotografía eterna, las opciones ideales son las 4 de la mañana (amanecer) y a las 5:30 de la tarde (atardecer).
Descubrir a tu montañista interior en el Himalayan Mountaineering Institute
Considerado como el primer instituto sobre montañismo del sudeste asiático, el HMI fue establecido en Darjeeling en 1954 para fomentar el alpinismo como deporte organizado en India. El evento inaugural fue el primer ascenso al Everest en 1953 por parte de Tenzing Norgay y Edmund Hilary. Concebido a modo de museo, este instituto resulta todo un descubrimiento para los amantes del montañismo, ya que ofrece exposiciones de prendas, utensilios y fotografías que documentan diferentes ascensos al techo del mundo. Además, también aquí puedes adquirir tu entrada para el Padmaja Naidu Himalayan Zoological Park (obligado), donde podrás avistar especies como el panda rojo o el leopardo de las nieves.
Momos y thulkpa: el sabor de Darjeeling
Darjeeling es un paraíso para los amantes de la gastronomía, especialmente si te gustan los puestos de comida callejera. El thukpa es un típico caldo tibetano elaborado a base de pollo, fideos y verduras que puedes acompañar con los momos, típica empanadilla rellena y cocinada al vapor. Como curiosidad, también puedes degustar las barritas Churpi, un masticable consumido por los montañistas para coger energías y elaborado a partir de leche descremada de yak y zumo de lima y sal para endurecer la leche.
Entre templos y pagodas
En Darjeeling conviven las religiones hindú y budista, como bien podrás comprobar en sus diferentes templos y pagodas. El Zang Dhok Palri Phodang es un precioso monasterio en Kalimpong que alberga diferentes manuscritos traídos a India tras la invasión del Tíbet en 1959. Un tranquilo rincón que podemos enlazar con la Peace Pagoda, una de las cien pagodas de la paz establecidas por el monje japonés budista Nichidatsu Fujii alrededor de todo el mundo. Esta pagoda fue concebida para recordarle al mundo la necesidad de una sociedad unida y se ubica en lo alto de Charlimont Hill.
Darjeeling es un oasis místico donde la gastronomía, el té, las montañas y los templos conforman un mandala de experiencias en las faldas del Himalaya. Disfruta de una desconexión total en esta ciudad única durante tu próximo viaje a India.