De todos los parques naturales de Sri Lanka, Gal Oya es hoy uno de los más vírgenes. Nos sumergimos en este vergel de la antigua Ceilán donde sucumbir a una diversidad única.
Escrito por: Alberto Piernas
Gal Oya: el último paraíso de Sri Lanka
Un leopardo bosteza, un pavo real despliega sus alas y la bruma abraza montañas de un verde esmeralda. A lo lejos, el lago susurra sonidos que solo existen en este lugar de Asia y el ruido de una moto al pasar aquí resulta incluso exótico. En el Parque Nacional de Gal Oya, al este de Sri Lanka, la naturaleza es anfitriona y nosotros, invitados, extraños, como sentirse la primera persona en pisar un paraíso superlativo. Y es que la de Gal Oya es una historia de conservación y triunfo, pero también supervivencia.
Para conocer el origen de este parque nacional debemos remontarnos a 1953, año en que finalizó la construcción de una central hidroeléctrica ubicada en la cercana localidad de Inginiyagala. La creación de una presa en el río Gal Oya – el más largo de Sri Lanka – formaría Senanayake, el pantano más grande del país. Sin embargo, el embalse llegó a desbordarse, provocando el desplazamiento de miles de animales. Para salvarlos, se fundó el Gal Oya National Park en 1954.
Décadas después, el sentimiento de conservación se mantiene intacto, insuflando vida a este edén natural donde el avistamiento de aves a través de sus pantanos o las noches de glamping prometen la aventura sostenible definitiva. Te contamos qué hacer en Gal Oya.
Qué hacer en Gal Oya
Realizar safaris
El parque nacional engloba hasta 32 especies de mamíferos y 150 de aves, además de numerosos reptiles y anfibios. Un mapa de biodiversidad que despliega diversas experiencias únicas a la hora de sumergirnos en el entorno a través de safaris para avistar a sus elefantes y leopardos, además de otras especies más desconocidas como el ciervo sambar o el búfalo de agua. Como curiosidad, Gal Oya es también hogar de hasta tres tipos de gatos salvajes más allá del leopardo – gato pescador, gato de la selva y gato moteado – además de la presencia de elefantes nadadores. Todo un espectáculo.
Explorar su vida marina a través de un boat safari
La presencia del lago Senanayake, el más grande de toda Sri Lanka, asegura una experiencia de inmersión en la vida acuática del parque única. A bordo de un barco, podrás avistar a lo lejos las siluetas de los cocodrilos camuflados entre la vegetación además de sucumbir al bird watching a través de aves tropicales de tantas formas como colores, entre ellas el gallo salvaje, garzas o el icónico cálao, con su triple pico.
Interactuar con los Vedda
Gal Oya es también un hogar humano, especialmente cuando hablamos de los Vedda, la comunidad indígena más antigua de Sri Lanka. Durante miles de años, los miembros de esta etnia han convivido en cuevas y rastreado las migraciones de los animales, además de construir hogares itinerantes en plena naturaleza siguiendo un patrón nómada. La identidad Vedda se ha visto amenazada por las mayoritarias tamil y sinhala, por lo que hoy día varios miembros trabajan en la preservación de su cultura y tradiciones. Durante una visita al parque, es posible visitar un pueblo Vedda e interactuar con sus gentes a fin de profundizar en las raíces de una cultura fascinante.
Realizar trekking
Gal Oya es también el lugar perfecto para los amantes del trekking y el senderismo. Diferentes rutas se funden con una naturaleza exuberante para ofrecerte experiencias únicas, especialmente si vas acompañado de un guía que puede ilustrarte acerca de todas las especies de flora y fauna que encontraréis. Uno de los lugares idóneos para profundizar en el entorno es el monte Iginiyagala, ideal para obtener una panorámica única de todo el parque.
Dormir bajo las estrellas
El mundo del turismo no ha penetrado del todo en esta zona, si bien hoy podemos disfrutar de alojamientos exclusivos en el área. Una de las mejores propuestas la encontramos en Willd Glamping Gal Oya, un glamping situado junto a la montaña Rathugala, en las inmediaciones del parque. Encanto rústico y de lujo junto a las etnias Vedda, ideal para descubrir los beneficios de las plantas medicinales de sus bosques y vivir en armonía en un espacio donde todos los días finalizan con un baño en la piscina bajo las estrellas. Una buena opción a la hora de acceder a todas las experiencias que ofrece Gal Oya con la calma, sin necesidad de controlar el tiempo.
Mejor época para visitar Gal Oya
La mejor época para visitar Gal Oya comprende los meses entre marzo y julio, en pleno verano ceilandés. Durante este período es usual ver a los elefantes nadando en el pantano y a otras especies que se aproximan a los entornos acuáticos para beber. Por otra parte, si lo que buscas es sucumbir a la mejor jornada de birdwatching, la época ideal comprende entre los meses de diciembre y abril.
Descubre una naturaleza exuberante durante tu próximo viaje a Sri Lanka.