Todos los países del mundo cuentan con sus propios secretos, algunos de ellos de lo más truculentos. Para ejemplo, los siguientes lugares misteriosos de Bután.
Escrito por: Alberto Piernas
Lugares misteriosos de Bután: la unión entre ‘Poltergeist’ y el país más feliz del mundo
Tsento es un pequeño pueblecito cerca de Paros considerado por muchos como maldito. ¿El motivo? Una televisión encantada que habría hecho los ojos chiribitas a la mismísima Madison de la película Poltergeist. Según los lugareños, en el hogar donde se encuentra este dispositivo murieron tres familias diferentes a lo largo de los años.
Las teorías apuntan a un espíritu que que quedó atrapado de camino al purgatorio y cuya presencia ha embrujado toda la colina. Hace años, un astrólogo recomendó a los aldeanos deshacerse del televisor, pero ante la evasiva, el aparato aún luce en su casa atrayendo la curiosidad de cientos de visitantes a los que, en cualquier caso, se les advierte que pueden volver a casa con una enfermedad mental si se acercan demasiado.
Este relato digno de guión de Hollywood no es el único que encontramos en el país más feliz del mundo.
Chorten Kora: una estupa para frenar al demonio
Inspirada en la estupa de Boudhanath, en Nepal, la construcción de Chorten Kora tuvo lugar en 1740 en las inmediaciones de Trashiyantse, al este de Bután. El lama Ngawang Loday fundó este monumento en honor a su tío tras esculpir un boceto del mismo en un rábano. A la tensión que envolvía la situación, se sumó la presencia de una joven de dieciséis años llamada Ani Chorten Zangmo, quien decidió sacrificarse en la propia estupa para ahuyentar a los demonios. Tras este suceso, cada año los habitantes de la zona, conocidos como Dakpas, realizan una peregrinación de tres días para honrar a la joven.
La leyenda de Nyala Duem
En el centro de Bután encontramos el bosque de Nyalalum, lugar donde mora el demonio Nyala Duem, la mayor de siete hermanas y capaz de transformarse en una bella joven que seducía a los viajeros hasta acabar con ellos. Al menos, así apuntan las descripciones de Drukpa Kuenley, un santo que realizó diversos viajes por Bután; y el mensajero real Garp Lungi, quien afirmó ser seducido por una joven a la que poco después vio limpiando tripas humanas en la orilla del río. Verdad o no, los habitantes de la zona aún advierten que nadie ose atravesar el bosque de noche.
El encantado Fuerte de la Victoria
Drugyel Dzong fue una vez la flamante fortaleza que permitió a los butaneses defenderse de las invasiones tibetanas durante el siglo XVII, de ahí el posterior nombre de Fuerte de la Victoria. Un conjunto de ruinas y vestigios que regala panorámicas espectaculares, si bien también son muchos los vecinos que afirman escuchar susurros y ver sombras en su interior al caer la noche. Si te encuentras en Paros, a tan solo 14 km encontrarás este icono que habla de lamentos y presencias pero, también, del antaño esplendor de una nación.
Gom Kora: los demonios no meditan
Erase una vez un espíritu maligno conocido como Myongkhapa que huyó del Tíbet a través del río Kholongcchu, sembrando el caos y el terror entre los agricultores y pescadores de la zona. Finalmente, el demonio se escondió en una cueva hoy conocida como Gomphu Kora, a 21 km de la actual ciudad de Trashigang. Sin embargo, Myongkhapa no contaba con la presencia del Guru Rinpoche, un santo adicto a meditar en el interior de las cuevas – de una de ellas nació el icónico Nido del Tigre -. Se cuenta que tras días de meditación en el interior de la cueva, el gurú consiguió derrotar al demonio para siempre. Hoy, este triunfo se celebra en forma de diferentes festivales en honor a Rinpoche.
Gangkhar Puensum: las cimas no se tocan
En Bután existen diferentes leyes enfocadas a preservar las tradiciones nacionales, y uno de ellas reside en la prohibición de ascender montañas que superen los 6000 metros de altitud. La más popular de todas en Gangkhar Puensum, es donde, según los locales, habitan miles de espíritus ancestrales que no deben ser perturbados. Solo así se honra a la memoria y se preservan los secretos que merecen ser protegidos para la eternidad.
¿Eres más de Poltergeist o El Exorcista? Cuéntanoslo antes de tu viaje a Bután.