Esta postal cuenta una historia.
Escrito por: Alberto Piernas
Querido viajero:
Déjame contarte que las postales son bonitas, como encerrar un mar dentro de otro, hacer viajar a la propia brisa. Pero detrás de esas fotos tan bellas de tantos lugares, también hay historias, otras imágenes. Esta postal que te envío pertenece a Panna Meena ka Kund, un baori (o pozo escalonado), no lejos del Fuerte de Amber, en Jaipur. Los hindúes construyeron hace siglos estos pozos como forma de almacenar el agua de las escasas lluvias de Rajastán, uno de los estados más áridos de India, pero también lo utilizaban como centros ceremoniales. Geometría del alma en forma de diversos tramos de escaleras que recuerdan a un sueño de Escher, a la inmersión en una exuberante meditación.
Como un mandala viviente, este pozo se ubica en un conjunto de casas humildes, de ropa tendida, vacas errantes y niños descalzos. El agua está verde, pero hay peces, y una joven con un cántaro se contiene en la cima, mejor esperar a las aguas transparentes. Estos días en hace más calor, enciendo el AC en cuanto vuelvo al hotel, he hecho hueco a nuevos colores, tantos rosas, una nueva sensación. En los bazares me han llegado a hablar incluso en valenciano y he pensado en ti, ojalá tenerte aquí.
Iríamos juntos a hacernos fotos a Patrika Gate, tomaríamos pan roti con salsas en un rooftop desde el que se ven los templos de las montañas queriendo ser estrellas por las noches y nos perderíamos entre las habitaciones secretas del Palacio de Samode.
Descubrirás que India no es solo una foto: es el aroma a incienso y lumbre, a flores mojadas y, también, las excrementos de las vacas que devoran las hortalizas sobrantes en las afueras de los mercados. Hay pasos de cebra que aprendes a cruzar mientras los tuktuks te esquivan como un extraño espectro y mercados donde la energía es tan potente que podría desvanecerme, olvidar quién soy, dejar los pesares en los charcos.
Quería decirte que aquí todo está bien, que como esa chica en lo alto del baori, siento que desciendo hasta las profundidades de un pozo celestial pero, a diferencia de antes, ya no llevo un cántaro sobre la cabeza.
¿No crees que estaría bien unirte a este viaje a India y conocer juntos Panna Meena ka Kund?