¿Iguales o distintos? Vivir en India

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Mucha gente me pregunta ¿cómo es vivir en la India? La respuesta que aquí pueda daros no será nunca imparcial ni objetiva, pero intentaré al menos que sea lo más aproximada a la realidad que yo vivo.

Podría empezar diciendo que el efecto de la famosa globalización se nota en cualquier ámbito de la realidad, aunque por supuesto varía en la medida que varía el poder adquisitivo de las personas y en este país la variación es enorme.

Jóvenes indios

Foto por Anik Messier



 

En general, los adolescentes y jóvenes en Delhi escuchan la misma música que los jóvenes o adolescentes de Europa o EE.UU., bailan de la misma forma y se visten de la misma manera. Mis hijos van a la última en España con la ropa que les compro en los mercadillos de Delhi, o en el nuevo Zara del barrio de Saket.
A todos les gusta hacer la ruta del McDonalds o el Pizza Hut y beber Coca-Cola, Fanta y los mismos refrescos que ofrecen en la cafetería de al lado de casa de mis padres en Badajoz.
La mayoría de jóvenes (bueno, y adultos) viven pegados a sus teléfonos móviles y hablan más con los amigos vía Internet o SMS que en persona… y para divertirse hacen lo mismo que hemos hecho y/o seguimos haciendo todos: salir con los amigos a cenar, a tomar unas copas, a bailar o a escuchar música.
Los más pequeños suelen hacer los planes en casa de unos u otros. Es raro el día que alguno de mis hijos no viene con alguna invitación para ir a jugar, a dormir o a una fiesta en casa de un amigo. O al contrario, repartiendo invitaciones a sus amigos para que venga a nuestra casa… He de reconocer con cierta pena, que mi vida social no solo está condicionada por la suya sino que es ¡mucho mas escasa!

A la hora de comer, por ejemplo y salvando las diferencias como la utilización de las especias y el picante, el concepto por lo demás tenemos, a mi parecer, muchas similitudes.

ThaliPor ejemplo, aquí utilizan unas bandejas compartimentadas con diferentes especialidades en pequeñas cantidades, pero si sacáramos cada cosa de su compartimiento y las colocáramos en diferentes platos alrededor de la mesa, estaríamos delante de un “tapeo” espectacular. Y no solo eso, aquí el momento de la comida es un momento de compartir, de charla, de encuentro… no se come «a las prisas» como en otros países de Europa, aquí es, como en España, una forma de socializar. La diferencia fundamental en este sentido es que el orden de la sobremesa varía: en España siempre la hacemos al terminar de comer o cenar, se pasa a los sillones (o sin moverse de la mesa) y empieza la charla, las copas, etc. alargándose hasta que cada uno decide irse o hasta que nos echan… Aquí funciona al revés, y en cierto modo tiene también sus ventajas; aquí la charla, las copas y el resto de la parafernalia ocurre al principio, al llegar y mientras que poco a poco se van incorporando todos los invitados. La duración es indeterminada y depende, o bien de las ganas de los anfitriones, o de la confianza con los invitados, pero lo que esta claro es que pasar a la mesa es el aviso diplomático del “principio del fin”. Es decir, que todos los comensales saben que una vez terminada la comida o la cena es el momento de ir despidiéndose porque la fiesta se ha terminado.
Como digo, esto tiene sus ventajas, ya que no dependes de que se vayan los últimos pesados de siempre para poder meterte en la cama, aunque lo malo es que si te invitan a cenar a las 8 p.m. y las cosas van bien (ambiente majo, entretenido, divertido…) ¡entonces te pueden dar las 12 de la noche y que estés aún esperando que te den de cenar. Y si llegas a las 8 pm y pasas a la mesa a las 9pm…. Uhmmm… o el grupo no es muy entretenido o los anfitriones están deseando que termine la celebración…

El ritmo de la vida en general en una ciudad como Delhi no tiene mucho que envidiarle al “corre-corre” al que estamos sometidos en la mayoría de las grandes ciudades de España.
Las grandes distancias, el tráfico, la contaminación, el stress, las prisas y demás “características” de la vida moderna son el pan de cada día también en Delhi. Aunque aquí quizás nos ayude a sobrellevarlo un poco mejor el horario laboral («oficial»), que suele ser de 8.30 am/9 am hasta las 5.30pm/6 pm, con una breve pausa de 1 hora para la comida, lo que permite (a los no adictos al trabajo) volver a casa a una hora razonable y participar de la vida familiar…

Las similitudes en el día a día entre la vida en India y en España son muchas, lo que a veces te obliga como extranjera a hacer un esfuerzo para evitar caer en la rutina de una vida “globalizada” y poder seguir descubriendo las otras cosas maravillosas de India, las que nos hacen diferentes y por lo tanto suponen la verdadera riqueza de vivir aquí.

Y de estas también hay muchas, algunas se asumen rápidamente y se incorporan a tus códigos de rutina diarios, como las diferentes formas de saludar basadas en las diferencias de edad, de sexo, de posición, la importancia del lenguaje corporal en las relaciones cotidianas, los significados de sus fiestas y tradiciones, etc.

Pero además de todo esto, hay alguna diferencia fundamental en la forma de entender la vida en sentido amplio, y no me refiero al proceso de vida-muerte como ciclo, donde el karma y la reencarnación son, para nuestras mentalidades más occidentales, algo difícil de entender y aún más de asumir…

Me refiero a otro tipo de proceso, el que habla de la unión indivisible de la mente y el cuerpo, y que de una forma u otra lo impregna todo y se hace palpable a través de la práctica cotidiana de miles de tipos diferentes de meditación, yoga, medicina alternativa, curación a través de energía, etc., etc. Todo ello convive no solo como formas complementarias de la medicina occidental, sino como una filosofía o forma de vida en sí misma.

Taj Exotica Goa

Este concepto, que a nosotros se nos debe explicar despacio y adjuntar todas las explicaciones científicas que lo avalen, aquí es algo natural, algo que simplemente se sabe y que cada uno aplica utilizando la técnica que más le gusta o que se adapta a sus necesidades: ya sea practicando yoga, reiki, prana healing, reflexologia, meditación vipasana, aromaterapia…
Creo sinceramente que esta parte supone una diferencia esencial en nuestras formas de ver la vida. Aquí no existe ninguna duda de la importancia que tiene para el cuerpo el desarrollo, entrenamiento y cuidado de la mente. Nadie duda de la íntima conexión que les une y de que la mejor manera de ayudar a nuestro cuerpo es ejercitándonos para tener una mente sana, relajada y positiva.

Todo este concepto se convierte aquí en un «mundo» en sí mismo y nos ofrece la posibilidad, a través del aprendizaje de ciencias y filosofías milenarias, de incorporar a nuestras casi idénticas “vidas globalizadas” los elementos que hacen único a una país como India.

Y esa es una de las grandes ventajas de vivir aquí (o en realidad en cualquier otro país diferente al tuyo): el hacer que esa experiencia se convierta en una suma, que nos permita incorporar a nuestro currículo de vida elementos que lo enriquezcan y sumen, no que resten.

En todos sitios, ya sea España o India, tenemos nuestras propias señas de identidad, nuestros problemas específicos y nuestras posibles soluciones. Ninguno son mejores o peores que los otros, son simplemente diferentes y ahí precisamente radica la riqueza.
Si todos nosotros pudiéramos crear nuestras relaciones partir de todos los elementos que nos unen, y consideráramos los que nos diferencian como una posible fuente de enriquecimiento y no de “amenaza”, el respeto, el entendimiento y la tolerancia tendrían el lugar que se merecen en nuestras sociedades.

Adolescente sij

Adolescente sij. Foto por Álvaro Maldonado (SGI)

 


Sobre la autora:
María JoséMaría José Morales y su familia viven en India desde 2009. Suele decir que lleva 20 años aprendiendo y que le encanta hacerlo. En este blog ofrece su particular forma de ver las cosas desde dentro, como mujer, española, trabajadora y madre de 3 hijos deseando y dispuesta a hacer de India su nuevo hogar. Para más información: [Quiénes somos]

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