La respiración es la única función fisiológica que, siendo una actividad refleja, puede ser controlada conscientemente. En la práctica del yoga este control se denomina pranayama.
Para los yoguis, el prana es la energía contenida en la respiración dentro del organismo. La respiración consciente, o pranayama, es, pues, una de las claves del yoga, que considera que la respiración es la puerta de acceso a la purificación del cuerpo y de la mente. Un aliento irregular provocará inquietud, mientras que un aliento sosegado y profundo favorecerá la calma.
La importancia de respirar bien.
Una buena oxigenación no sólo permite la vida, sino que promueve la salud en general. El oxígeno es vital para todo ser viviente, la oxigenación genera reacciones en todo el organismo: interactúa con elementos químicos, nutrientes, vitaminas y minerales para que el organismo obtenga mayores niveles de energía.
De no recibir la cantidad adecuada de oxígeno, las células comienzan un deterioro importante, hasta que mueren definitivamente, sin posibilidad de regeneración.
Uno de los síntomas más comunes de falta de oxigenación, es la sensación de desgana, mareo o la necesidad de bostezar constantemente. Esta simple falta de oxígeno en el organismo, puede provocar la pérdida de la concentración, problemas en el aprendizaje y malestar en general.
Pranayama y emociones
El control del sistema respiratorio facilita la revitalización del cuerpo, gracias al aumento de la capacidad pulmonar y a la oxigenación del torrente sanguíneo. Pero, además, el pranayama favorece la atención, la concentración, la serenidad y el equilibrio físico y mental.
Existe una relación directa entre el control de la respiración y el de las emociones de tal forma que un cambio en el proceso respiratorio también permite interrumpir o controlar patrones de respuesta emocional no deseados.
Tipos de respiración:
· Baja o abdominal: durante la inspiración el diafragma baja para que el aire entre en los pulmones, el abdomen se hincha y masajea las vísceras, el bazo, el estómago y el páncreas, favoreciendo su funcionamiento. En la expiración el diafragma sube y el estómago desciende hundiéndose. La respiración baja o abdominal es relajante pero si se realiza de forma continua puede provocar una excesiva distensión de los músculos abdominales y el encorvamiento de la espalda.
· Media, intercostal o torácica: es una respiración incompleta que se lleva a cabo con los músculos de las costillas que expanden la caja torácica. Este tipo de respiración suele provocar estados de ansiedad.
· Alta o clavicular: es el tipo de respiración más superficial. Requiere un máximo esfuerzo para obtener muy poco aire. Durante la inspiración los hombros y las clavículas se levantan mientras se contrae el abdomen.
· Respiración completa o profunda: este tipo de respiración, sumatorio de las 3 fases anteriores, es el que se practica en yoga. Primero se llenan las partes inferior, media y alta de los pulmones y, al exhalar, el aire se elimina en orden inverso. El pecho y los hombros deben quedar inmóviles y pasivos durante todo el proceso. Solamente las costillas se expanden, durante la inhalación, y se contraen durante la exhalación, como un fuelle.
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Sobre la autora: Nona Rubio es colaboradora de Sociedad Geográfica de las Indias. Le apasiona viajar y nos cuenta historias que hablan de un país inabarcable con el que hay que ser paciente si lo que pretendemos es conocerlo por dentro. Para más información: [Quiénes somos]
lo que estoy muy seguro, que todo esto me cambio la vida me siento lleno de vida..GRACIAS