Escrito por: Enric Donate
La industria cinematográfica india es inabarcable. Cada día salen del país 4 películas producidas en una de sus 25 lenguas oficiales. La industria más conocida es Bollywood con sede en Mumbai, pero otras florecen e incluso le pisan los talones. Kollywood y Tollywood, respectivamente el cine tamil y telugu, son dos potencias emergentes en el sur de India que triunfan especialmente en los países en vías de desarrollo.
En un país tan amante de la narrativa del celuloide, las películas se convirtieron en un estadio muy prematuro en el ocio por antonomasia y así ha continuado hasta nuestros días. Hay pocas experiencias que se puedan comparar a una película vivida en India, donde el público interactúa con los personajes y los actores no son ídolos, sino dioses. Asistir a una de estas funciones en un edificio histórico solo multiplica la impresión que dejan las dos horas y media que suele durar una película en India, con intermedio incluido. Delhi, Mumbai o Jaipur, pueden ser buenos destinos para pasar una tarde en el cine.
Aunque los multicines avanzan en las ciudades, casi todos los barrios de Mumbai mantienen todavía un cine de pantalla única. Algunos han forjado la historia de la ciudad como el Regal Cinema de Colaba. Este edificio estilo art decó se construyó durante el boom cinematográfico de los años 30 en un emplazamiento emblemático de la ciudad, en las proximidades de la maravillosa Victoria Station. Entra en la oscuridad de su sala para huír del bullicio y déjate seducir por Karina Kapoor, Akshay Kumar y la constelación de estrellas de Bollywood.
El Raj Mandir de Jaipur es probablemente el cine histórico más accesible por su proximidad a las murallas de la Ciudad Rosa. Su decoración pastel y los compases de espera antes de entrar en el patio de butacas, el hall enmoquetado y la suave música de corneta de fondo es irrepetible. Se jacta de ser la sala con mayor aforamiento de la India y lo cierto es que llena casi en cada función.
Los cines históricos de Delhi se construyeron alrededor de Connaugh Place. El decadente Regal pasa películas de reposición.
En cambio, el Rivoli y el Plaza son propiedad de la compañía de multicines PVR que ha mantenido la estética histórica en sus salas. Con la restauración han ganado en calidad. Si tienes unas horas y no te apetece visitar los mercados de Janpath, esta es una excelente oportunidad de ver una película con todo el confort.
Desde el Olypima de Mysore al Globe de Kolkatta, en cada ciudad india puedes encontrar una joya que se resiste a bajar el telón. Otras salas han cambiado de uso como el Plaza de Bangalore, ahora convertido en estación de metro. Los cines históricos siguen expectantes, la vibrante historia de un país enamorado del séptimo arte.