Escrito por: Javier Galán
Viajar a Sarnath significa regalarse un recorrido arqueológico impresionante. Sarnath es uno de los cuatro sitios sagrados de peregrinación de referencia para los budistas, donde Buda entonó su primer sermón.
Dicen, o dicen que dijeron, que cuando Buda aún era desconocido pero ya había alcanzado la iluminación llegó a Sarnath y predicó su mensaje del Sendero Medio como forma de alcanzar el nirvana. Fue el primer lugar en el que el oriental decidió comunicar su mensaje a quien tuviese a bien escucharle. Un lugar muy cerca de Varanasi (Benarés), a algo más de una decena de kilómetros hacia el nordeste, considerado uno de los cuatro sitios sagrados del budismo y en la lista de tentativa de la Unesco para convertirse en Patrimonio de la Humanidad.
La recomendable visita a este espacio arqueológico resulta muy sencilla, pues apenas un pequeño viaje nos separa de la conocida e imperdible Varanasi (Benarés). Antes de contar los sobresaltos que ha sufrido Sarnath a lo largo de la historia, sin embargo, hagámonos una idea de qué recibe al visitante que hasta aquí se acerca. El lugar más sagrado del área excavada que comprende Sarnath es la estupa Dhameka. Se trata de una construcción circular de piedra y ladrillo de más de cuarenta metros de alto y casi treinta de ancho donde se cree que Buda dio ese su primer sermón. Por eso es importante para un budista peregrinar en busca de esta estupa, en Sarnath, para rezar ante Dhameka y mostrar sus respetos a Buda. La leyenda cuenta que este se trataba de un lugar en el que pastaban numerosos ciervos, y los grabados de la base de la estupa atestiguan la frondosa variedad de especies que en este área se debían encontrar.
Otra llamativa construcción cercana es la estupa Chaukhandi, una estructura de ladrillos apilados en cuya cima se alza un torreón octogonal. La parte inferior es anterior, y no se tienen muy claros sus orígenes, pero de la torre se conoce que fue construida en el siglo XVI para celebrar la visita del emperador mogol Humayun.
Pero los restos de otros edificios, templos y vestigios son numerosos en Sarnath, esta ciudad redescubierta por arqueólogos británicos a mediados del siglo XIX. Hasta entonces había caído en el olvido como consecuencia de las horas bajas del budismo y los ataques musulmanes. Pero antes había reunido un esplendor de tal relevancia que fue una de las zonas en las que se erigió uno de los pilares de Ashoka, unas columnas que pretendían conmemorar la visita de este rey en el siglo III A.C. La de Sarnath es la mejor conservada de las 19 que sobreviven, y los cuatro leones esculpidos en piedra que coronan la columna son tan únicos que, de hecho, fueron nombrados el emblema nacional de la nación India.
De manera que Sarnath y sus restos arqueológicos lo reúnen todo: historia, arqueología, religión, leyenda, tradición, sacrificio, espiritualidad y calma. Es una excursión de un día perfecta teniendo como campamento base Varanasi (Benarés), donde se notará la menor aglomeración de gente de la que pulula por la ciudad sagrada del Ganges. Un plan perfecto para peregrinar en busca de las enseñanzas de Buda.