Uno de los grandes peligros a los que se enfrenta Rajastán es la deforestación y la consecuente desaparición de especies autóctonas. Los Parques Nacionales de Sariska, Rantjambhor y Keoladeo, son tres buenos ejemplos de los esfuerzos del estado por la conservación de las especies.
Aunque las masivas cacerías de los británicos y los rajás indios, y la tala indiscriminada de bosques han causado efectos desastrosos, en las últimas décadas el estado ha tomado serias medidas encaminadas a la protección del medio ambiente creando numerosos parques, cotos y reservas naturales.
En Rajastán existen tres grandes reservas naturales que en un pasado fueron cotos de caza de la aristocracia británica e india. El turismo, a pequeña escala, representa una forma sostenible de financiar estos refugios de la vida salvaje.
Parque Nacional de Sariska
La reserva, gestionada por el Proyecto Tigre desde 1979, ocupa 800 km2 de extensión en los que habitan toros azules, sambares, ciervos moteados, jabalíes y tigres. Alberga templos en ruinas, un fuerte y un palacio transformado en hotel, el Hotel Sariska Palace. El Parque puede visitarse durante todo el año, a excepción de los meses de julio y agosto (época de monzón). La mejor manera de observar la fauna es alquilando un “escondite” para pasar la noche en plena naturaleza.
Parque Nacional de Ranthambore
En este parque, que ocupa unos 400 km2, viven 42 tigres bajo la tutela del Proyecto Tigre. Conserva vestigios de templos y palacios. La mejor época del año para visitarlo es entre septiembre y abril, y los mejores momentos del día para contemplar la fauna local son el amanecer y el atardecer. Existe la posibilidad de contratar un safari en jeep abierto conducido por guardas forestales.
Por cierto que este parque cuenta con dos de los hoteles más exclusivos de India: el exótico Aman-i-Khás y el prestigioso Oberoi Vanyavilas.
Parque Nacional de Keoladeo Ghana (Bharatpur)
Esta reserva ornitológica alberga más de 300 especies de aves, algunas inmigradas desde lugares tan remotos como Siberia y China. Aunque hoy es un refugio, en tiempos del Maharajá Bharatpur fue una reserva de caza en la que las carnicerías de aves podían alcanzar cifras tan escandalosas como las 4.000 piezas diarias. Afortunadamente, en 1964 se prohibieron las cacerías y el lugar pasó ser un auténtico paraíso para las aves. La mejor época para visitar el refugio es de octubre a febrero, cuando son visibles muchas especies migratorias. La mejor forma de recorrerlo es alquilando una bicicleta y el mejor momento para hacerlo, el alba.
Comunidades pro-naturaleza
El concepto de conservación de la flora y la fauna en India está presente desde tiempos inmemoriales en forma de ideales religiosos.
Los jainistas son una de las comunidades que mayor respeto profesa al reino animal y vegetal. Uno de sus mayores templos, el complejo de Ranakpur, se encuentra en Rajastán. Se trata de un enorme templo de mármol, construido en el año1439, que alberga 29 salas sostenidas por 1.444 columnas, cada una de ellas diferente. Se encuentra a 98 km de Udaipur.
Otra comunidad rajastaní que hace de la convivencia ecológica con la vida natural y animal su religión es la bishnoi. Así lo refleja un episodio de su historia que cuenta cómo, hace cientos de años, un grupo de mujeres bishnoi logró salvar un bosque de la tala a costa de sus vidas. [+ información]
>> Sigue leyendo sobre Rajastán:
· La tierra de los reyes.
· Lugares y festividades.
· Los hoteles palacio.
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Sobre la autora: Nona Rubio es colaboradora de Sociedad Geográfica de las Indias. Le apasiona viajar y nos cuenta historias que hablan de un país inabarcable con el que hay que ser paciente si lo que pretendemos es conocerlo por dentro. Para más información: [Quiénes somos]
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