<< (…) En ninguna parte había de causar tanta consternación la elección de la fecha del 15 de agosto de 1947 para la independencia de la India como en las filas de una corporación que regentaba la vida de millones de hindúes con una tiranía más opresora que la de los ingleses, los jefes del Congreso y los príncipes, todos juntos. Mountbatten había cometido el imperdonable error de anunciar esta fecha sin haber consultado previamente a los representantes del poder oculto más poderoso de la India: los jyotishi, los astrólogos.
Ningún pueblo estaba más sometido que el pueblo indio a su autoridad y a su pretendido conocimiento de las leyes que rigen el Universo. Cada maharajá, cada templo, cada aldea poseía uno o varios jyotishi fijos que reinaban como dictadores sobre la existencia de la comunidad hindú. Su intervención se extendía a todos los campos. Millones de indios no habrían osado jamás emprender un viaje, recibir a un amigo, concluir un contrato, salir de caza, llevar un vestido nuevo, comprar una joya, cortar un bigote, labrar un campo, casar a una hija o, incluso, hacer celebrar unos funerales, sin haber consultado previamente a un astrólogo.