¿Por qué la institución del matrimonio concertado sobrevive en la India hoy en día?
La India de que se habla en este caso incluye la educada clase media-alta, en la cual los casos del matrimonio pactado siguen siendo muchos e incluso son aceptados sin ninguna dificultad como una manera legítima de buscar tu compañero/a.
Veinte años atras, se podría haber imaginado mirando al futuro que el número de casos de matrimonios pactados se reducirían, quedando como algo anecdótico para tribus remotas. Pero esto no ha ocurrido.
La respuesta está, en parte, en la naturaleza elástica de esta institución y (por cierto) en la mayoría de las tradiciones y costumbres Indias.
Debe aclararse que actualmente rara vez alguien está obligado a casarse en contra de su voluntad. Los matrimonios concertados de hoy en día ponen al individuo, sea hombre o mujer, en el centro del proceso. Y el papel de los padres se ha reducido al de las deidades presidentes con una mano levantada para bendecir y la otra metida resueltamente en el monedero.
La necesidad de algún tipo de arreglo es a veces importante en cuanto al matrimonio. Pensemos en culturas donde los matrimonios concertados parecen una abominación. Y sin embargo tienen citas a ciegas, citas on-line, etc. que no son más que esfuerzos para intentar que uno pueda encontrar con su cónyuge. De la misma manera que en los matrimonios concertados, la idea del amor se fabrica creando una chispa que pueda convertirse en un fuego íntimo. Eso obviando los matrimonios de conveniencia en clases sociales altas de cualquier lugar del mundo, más frecuentes de lo que parece.
Los matrimonios concertados de hoy en día están «mejor fabricados» pero también ofrecen un resultado más asegurado. A diferencia de otros países, en India las páginas matrimoniales por Internet están llenas de jóvenes buscando pareja sabiendo que lo que se ofrece allí no es una mera cita sino una promesa de casamiento.
En occidente, la anticuada noción de que es el hombre quien tiene que proponer el matrimonio conduce a una situación donde la posibilidad de boda se aplaza durante tiempo indefinido. Por lo que se ve en las películas de Hollywood, parece que mencionar el matrimonio demasiado temprano en una relación es una forma segura de darle un susto al hombre. Así que tenemos una situación donde el matrimonio es un espejismo en el horizonte, pero rara vez se hace realidad. El proceso de unión se convierte en una búsqueda constante en la que el hombre es quien suele empezar una relación y la mujer es quien intenta convertirla en algo más duradera.
A un nivel más fundamental, la idea de que el «amor romántico» es una base apropiada para una relación entre dos personas a largo plazo no es tan automática como pueda parecer ser. Es verdad que el matrimonio es el único lazo de afinidad en que entramos por nuestra voluntad: no elegimos a nuestros padres, a nuestros parientes o a nuestros hijos, estos nos tocan…
Pero la idea del matrimonio concertado funciona mejor en contextos donde el concepto del individuo no está completamente desarrollado. La gente vive en un colectivo pegajoso y se diluye la individualidad.