Ella, él y sus dos hijos de 10 y 17 años. Y solo un deseo: viajar a la India en familia para divertirse, aprender, descansar y disfrutar de estar juntos viviendo algo nuevo para todos.
Este viaje de familia fue diseñado atendiendo los deseos de los clientes: nos solicitaron mañanas culturales y tardes de relax, tenían claro que no querían ir corriendo de un monumento a otro. Por eso prefirieron hacer un viaje a medida, ajustado a sus intereses, con su propio guía, vehículo y servicios individualizados. De su agencia de viajes personalizados esperaban lo que se debe esperar de verdaderos especialistas en destino: el máximo.
Les encantaba la idea de sumergirse en la sociedad de India, poder combinar visitas turísticas con actividades “poco convencionales”, orientadas a ofrecer una visión más real y humana del país. Igualmente estaban muy interesados en los hoteles. Para un viajero exigente y consciente de que «el hotel» es el lugar donde pasará casi un 40% del tiempo de su estancia de vacaciones, el alojamiento es de gran importancia.
Los hoteles más exclusivos
La India cuenta con una de las mejores selecciones hoteleras del mundo. Por muchas razones, decidimos introducir a los viajeros en dos mundos fascinantes: el de la prestigiosa cadena Taj y la lujosa cadena Oberoi. Maravillosos palacios del S. XVII, y exquisitas instalaciones que serían el entorno donde disfrutar de algunas actividades para los hijos.
De la cadena Taj seleccionamos el Taj Umaid Bhawan Palace de Jodhpur y el Taj Nadesar Palace de Varanasi (ambos son antiguas residencias de maharajás y hospedan a miembros de la realeza de todo el mundo). Además del Taj Lands End de Mumbai y el famoso Taj Lake Palace, considerado el hotel más romántico del mundo, situado en medio del precioso lago de Pichola.
The Oberoi (reconocido internacionalmente por su excelencia y el incomparable nivel de servicio) fue seleccionado en Mumbai, en Jaipur y en Agra.
El primero, situado en la mejor zona de marina de Bombay, ha sido elegido uno de los tres mejores hoteles en la India -recibiendo Travellers´Award de Trip Advisor-. En el Rajvilas y Amarvilas se puede disfrutar de lo mejor que ofrece, respectivamente, Jaipur y Agra. Solamente 15 minutos de coche separan este idílico resort del centro de la ciudad rosa. Por otro lado, Amarvilas ofrece irrepetibles vistas a Taj Mahal, contando con una posición privilegiada que permite disfrutar desde cualquier habitación de las vistas al monumento al amor más famoso del mundo.
El subcontinente Indio es un lugar repleto de patrimonio cultural, actividades y experiencias interesantes. Nuestra familia dispuso en cada momento de su propio guía acompañante, un profesional que coordina todos los aspectos del viaje y que como aclaman muchos, se convirtió, en un amigo y compañero de viaje.
Como este viaje fue diseñado de forma personalizada, incluimos algunas actividades fuera de lo turístico. Para ella, al ser una apasionada cocinera, en Delhi nos adentramos literalmente en las cocinas del Templo Sij para conocer de primera mano las tradiciones y creencias de esta pequeña pero importante comunidad religiosa. Y ella fue la alabada cocinera de la familia en Udaipur donde, siguiendo las instrucciones de un Chef profesional, disfrutó adentrándose en la colorida gastronomía hindú.
En Varanasi, tras asistir a la ceremonia (puja) en el Ganges, una de las estampas más impresionantes para la familia, fueron invitados a la casa de unos músicos indios que tocaban tabla, sitar y violín. La visita le hizo especial ilusión al hijo mayor, quien tiene desde hace dos años su propia banda de música amateur.
En Agra, la familia se detuvo en una aldea donde conoció la forma de vida tradicional y sencilla de esa India a la que no han llegado los avances tecnológicos. El hijo pequeño se quedó boquiabierto al visitar la escuela local; los chicos de su edad escribiendo con tiza… Disfrutaron compartiendo un buen rato con los niños…y tratando de ver el mundo con la magia con la que a veces se ve desde una de estas poblaciones.
La lavandería más grande del mundo -Dobi Ghats en Mumbai-, las tribus animistas de los Bishnois en la zona casi desértica del Rajasnthán o una ONG medioambiental que rescata osos para cuidarlos en una reserva natural… fueron experiencias se quedarán para siempre grabadas en su mente.
Imprescindible seguimiento
Hablamos con nuestra querida familia antes, durante y después del viaje, lo que nos permitió ir adaptando el ritmo del viaje día a día e incluir las oportunidades que iban surgiendo a medida que avanzaba el viaje… Eso «nos llevó» a cosas tan variadas como a invitarles sobre la marcha a cenar en un árbol de Khajuraho. Sí! uno de los pocos restaurantes del mundo que cuenta con una mesa sobre un árbol y el único desde el que se divisan a escasos 100 metros, los imponentes Templos de Khajuraho a la puesta del sol. O por ejemplo, poder hacer una visita «urbanística y social» por diferentes barrios de una ciudad para poder responder al montón de dudas de los chicos sobre las diferentes castas y religiones en India.
Tras ver a los hijos extasiados al montar en elefante (esto fue lo que convenció a los hijos de que la India es el mejor destino para las vacaciones) su guía les preparó una visita especial para la mañana siguiente: ellos serían los que ayudarían a asear a los elefantes, dándoles de desayunar posteriormente y disfrutando a la hora de pintarles de forma tradicional, antes de que saliesen engalanados para subir a otros turistas…
17 días intensos. Enriquecedores. Un viaje que nadie olvidará jamás. Y que nosotros, recordamos con tanto cariño.