Hay un anuncio en la televisión cuyo contenido desconcierta… El mensaje principal del spot fue adoptado por muchas empresas para vender otros productos…. casas rurales, colchones, preservativos y un sin fin de artículos y servicios. Este spot, que promociona una cadena de alimentación, termina con la sentencia: no se engañe, la calidad no es cara. Un mensaje que llega en el momento oportuno a miles de oídos que quieren creer en esas palabras…
De igual forma sucede en el universo de los viajes a India. Ahora mismo hay más de mil agencias en el mundo tratando de subir al pódium del viaje más barato a India. Adaptado a este sector, sería algo así como “no se engañe, los viajes de calidad son baratos”.
Así, se diseñan rutas inverosímiles para poder determinar el coste más bajo de un viaje. Y al final del proceso de creación de algo orientado a “un precio muy barato”, se termina construyendo lo que podríamos denominar un “itinerario maldito”.
Son itinerarios que nacen torcidos, desencajados, malformes. Primero se decide el precio y luego de decide por ese precio qué, dónde y cuándo.
Para construir un verdadero itinerario maldito hay que manejar algunos detalles de importancia fundamental. Generalmente son los siguientes:
– Olvidarse de aviones internos que acorten distancias y optimicen trayectos. Por muy larga que sea la distancia es más barato cubrirla por vía terrestre, ya que el precio del viaje subirá si pasamos por el aeropuerto.
– Para que el cliente no dé problemas mientras sufre el itinerario, en lo posible, es mejor evitar ciudades que tengan aeropuerto, así siempre nos quedará el recurso a la tajante frase de “es que en esta ciudad no hay aeropuerto. India es así”.
– Además, así nos garantizamos también ciudades cuya oferta hotelera es baja (deficiente, en algunos casos). Pero eso no significa que no podamos justificar que nuestros clientes se alojan «en el mejor hotel de la ciudad», aunque sea un equivalente a un 2 estrellas español.
– Si es posible, nos olvidaremos también de los trenes internos (de primera clase, ya ni hablamos). De igual forma, contribuye a la subida del precio.
– Siempre que se pueda, no hay que usar guía acompañante, para abaratar costes. Como mucho, han de usarse guías locales en cada ciudad. Un guía acompañante supondría pagar otro alojamiento, otra dieta… y además su perfil profesional suele ser más caro.
– Es mucho más fácil para la agencia tener al cliente metido en un vehículo casi todo el día, sin ir cambiando de transporte, sin que tenga demasiado tiempo para visitas ni otros líos logísticos. Los largos trayectos aseguran menos tiempo para visitas.
– Pero las largas palizas en coche o autobús no pueden olvidarse de alguna obligada “parada técnica”. Estas se harán, lógicamente, en un middway (los restaurantes de carretera) con quien previamente se tenga un acuerdo. Allí podrán tomar un té y visitar la tienda de turno, para ganar unas comisiones por las compras del cliente.
– Tras largas horas y días de carretera, el chófer se habrá convertido en un referente, un elemento imprescindible de nuestra seguridad. El chófer, que en estos casos no suele tener salario para abaratar costes, normalmente intentar conseguir algo de dinero gracias a comisiones en tiendas o establecimientos (restaurantes, etc.) y propinas del cliente. Esto hará que la única persona que nos da un servicio directo durante el viaje y trabaja para nosotros prácticamente las 24 horas, le haya salido gratis a la agencia. Pero no a los clientes.
Nada mejor que ver un ejemplo. Hemos escogido uno de uno de los viajes a India que cualquiera puede ver en Internet haciendo una sencilla búsqueda. Este itinerario es real, aunque no enlazaremos a la agencia que lo ofrece por ética profesional.
Consta de 26 días. En esos 26 días hay sólo 6 ciudades donde está previsto pernoctar dos noches seguidas… O sea, que de los 26 días de vacaciones en India, tendremos que hacer las maletas 18 mañanas.
La ruta propuesta es: Delhi – Shekhawati – Bikaner – Jaisalmer – Jodhpur – Udaipur – Pushkar – El parque nacional de Ranthambore – Jaipur – Agra – Orchha – Khajuraho – Varanasi – Shivpati Nagar – Pokhara – Parque Nacional de Chitwan – Kathmandu.
Aparentemente, es una ruta muy apetitosa, muy larga, y por menos precio que otras ofertas de viaje a India.
La media de kilómetros diaria es de casi 300 kilómetros. En India la media de velocidad que podemos obtener en muchas de las carreteras es de de 50 kilómetros por hora, de forma que muchos días el tiempo necesario para el desplazamiento será de 6 horas. En esas 6 horas, un viajero medio necesitará parar una vez al menos una vez para estirar las piernas y otra vez para comer, lo que nos llevará una hora y media más en el traslado. Teniendo en cuenta que los museos y el patrimonio cultural cierra a las 17:30h, para llegar cada día y ver algo de la ciudad deberíamos de salir como muy tarde a las 7:00 A.M. para, al menos tener 3 horas para conocer la ciudad.
O sea, levantarnos como máximo a las 6:30h, para recoger maletas y desayunar en 30 minutos y volver a nuestro coche para pasar otra larga jornada de nuestras vacaciones, en la que estaremos una media de 7,5 horas de traslado (entre recorrido y paradas).
Este itinerario por India Norte cuenta exactamente los mismos kilómetros que existen entre Madrid y Volgogrado (antiguo Stalingrado), pero no por autovías sino por carreteras terciarias.
Hay veces que un precio muy bajo conlleva para el cliente otro tipo de elevadísimos costes.
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Sobre el autor: Pablo Pascual es Director de Sociedad Geográfica de las Indias. Gran conocedor de India, Pablo se obstinó en ofrecer lo que a él le gustaría encontrar en el sector de agencias de viajes tradicionales: especialistas por destino con un solo propósito, la calidad. Para más información: [Quiénes somos]