Taj Rambagh Palace de Jaipur

Que India ofrece al viajero algunos de los alojamientos más especiales del mundo es un hecho, y detalles como este lo demuestran.
Condé Nast otorgó el Readers Award 2009 al hotel Taj Rambagh Palace de Jaipur como ‘Mejor Hotel del Mundo‘. Y realmente lo merece.
El Rambagh Palace, construido como pabellón de caza en 1835 se convirtió en 1925 en residencia oficial del Maharajá de Jaipur y a partir de entonces vivió sus momentos de esplendor como residencia real.

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Taj Hotels Resorts and Palaces ha convertido el Rambagh Palace en uno de sus buques insignias, junto al Taj Lake Palace de Udaipur y al Taj Mahal Palace de Mumbai. Y ha hecho del mismo, un alojamiento memorable, una experiencia en sí misma, símbolo de la hospitalidad y la tradición rajput, que permite al viajero sumergirse en el mundo mágico de los maharajás mientras disfruta de todas las comodidades de un gran hotel contemporáneo.

rambagh palace jaipur

Más allá de las virtudes estéticas del Rambagh Palace, el saber hacer y la exquisitez de su servicio están íntimamente relacionados con conceptos indios sobre la hospitalidad y el servicio a los demás. A lo largo de más de 47 acres de jardín, sus 33 elegantes y acogedoras habitaciones y sus más de 40 suites, el viajero afortunado de disfrutar del Rambagh Palace puede descubrir la sutileza en los detalles. Desde los espectaculares arreglos florales colocados a diario, a los rincones de relax del hotel, como sus magníficas piscinas, exterior e interior (en las fotos, más abajo) o su Royal Jiva Grande Spa inaugurado en 2007, el staff de este establecimiento deja en evidencia que sólo hay un objetivo: el confort de sus huéspedes.

Outdoor pool Rambagh

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Rabindranath Tagore

Era poeta, dramaturgo, músico, sabio, humanista, filósofo y artista. Fue reconocido con el Premio Nobel de Literatura en 1913.

Tagore

Hijo de una numerosísima y talentosa familia (catorce hermanos), vivió desde la infancia en un ambiente marcadamente intelectual. Cursó estudios en Europa (primero en Brighton y luego Derecho en Londres), aunque regresó a India sin haberlos acabado y con algunos problemas de adaptación.
A su vuelta ase concentró en escribir, lo que le hizo ir ganando reputación sobre todo como poeta. También fundó una elitista escuela centrada en el aprendizaje filosófico, las artes y las humanidades, con una aperturista visión de encuentro entre Occidente y Oriente. Esa escuela sigue existiendo hoy, aunque gestionada por el gobierno indio: la Universidad Visva Bharati.

Tagore y Einstein, 1930

Tagore y Einstein, 1930

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Historia comparada: Imperio Maurya – Roma

Historia comparada Maurya-Roma

EL PRIMER INTENTO DE IMPERIO PANÍNDICO : EL IMPERIO MAURYA (322 a.C. – 151 a.C.)

Sólo un año después de la muerte de Alejandro Magno, que en 326 había iniciado la conquista de la zona del Indo, en 322 a. de C., un nuevo monarca, Chandragupta Maurya, derroca a la dinastía Nanda, que reinaba en la ciudad de Magadha, e instaura una nueva dinastía, que por primera vez unificará la casi totalidad de la India, excepto el sur y algunas zonas centrales.

Chandragupta resolvió a su favor un nuevo conflicto con los griegos, derrotando a Seleuco I, que intentó reconquistar regiones noroccidentales de India que habían formado parte del imperio de Alejandro Magno.
Tras la derrota de Seleuco por Chandragupta, ambos reyes firmaron un tratado de paz, sellado con el matrimonio del rey indio con la hija de Seleuco. Ambos reinos mantuvieron relaciones diplomáticas y varios embajadores griegos visitaron la corte Maurya y nos han dejado escritos en que celebran el esplendor y la majestad del reino, en especial de su capital, Pataliputra (actual Patna), que, según el historiador Megástenes, estaba rodeada por una muralla de madera con 64 puertas y 570 torres y era digna rival de las coetáneas Susa y Ecbatana, del imperio persa.

Fuerte de Chittogarh

Fuerte de Chittogarh, construído por los Mauryas en el s.VII a.C

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Historia de la India (comparada)

Un viaje a India, siempre supone un descubrimiento.

Un descubrimiento a partir de sensaciones, olores, sonidos y como no, también a través del acercamiento a la Cultura y la Historia de India. La Historia con mayúsculas, la que sirve para entender la trayectoria de una civilización y para comprender el presente de un pueblo.
Casi siempre, a nuestro regreso, el sinfín de datos proporcionados por las guías de viaje o por nuestro guía, se acumulan en nuestro nostálgico recuerdo y se convierten en un batiburrillo en el que majarahás, batallas, tradiciones, creencias religiosas y estilos artísticos se mezclan sin sentido.

Pero… ¿Y si partimos referencias de la historia y la cultura occidental en las que sí podemos navegar sin perder el rumbo?

Taj Mahal, contemporáneo de Las Meninas

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Doscientos millones de vacas sagradas

<< (…) La veneración por la vaca se remonta a los tiempos bíblicos, en los que el destino de las tribus arias que marchaban hacia el subcontinente estaba en función de la vitalidad de sus rebaños. Así como los rabinos de la antigua Judea prohibieron a los judíos el consumo de carne de cerdo para salvarles de los estragos de la triquinosis, los sabios de la India antigua habían sacrificado la vaca para salvar de la matanza de los rebaños de los que dependía la supervivencia de sus pueblos.

Vaca presumida

Foto por David Martín. Sociedad Geográfica de las Indias

En 1947 la India poseía el rebaño más importante del mundo: doscientos millones de cabezas, cinco veces más que franceses en Francia, es decir, un bóvido por cada dos indios. Cuarenta millones de estos animales no daban ni siquiera un litro de leche al día. Otros cuarenta o cincuenta millones uncidos a los carros y los arados, servían de animales de tiro. El resto, unos cien millones de cabezas estériles e inútiles, erraban a su antojo a través de los campos y las ciudades, robando diariamente a diez millones de indios parte de su exigua pitanza. El más elemental instinto de supervivencia habría exigido la destrucción de estos animales, pero la superstición era tan tenaz que la muerte de una sola vaca continuaba siendo un crimen inexpiable para los hindúes. El propio Gandhi proclamaba que, al proteger a la vaca, el hombre protegía a toda la obra de Dios.

Este respeto idólatra inspiraba a los musulmanes la más viva repugnancia. Encontraban un maligno placer en hacer pasar ante las puertas de los templos hindúes las vacas que conducían al matadero. En el transcurso de los siglos, millares de seres humanos habían acompañado a estos animales a la muerte, víctimas de los sangrientos disturbios que seguían inevitablemente a tales provocaciones. (…) >>

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Esta noche, la libertad.
De Dominique Lapierre y Larry Collins.

Akbar, el Grande

Érase una vez, hace muchos muchos años, había un emperador de sólo 13 años que sería llamado a convertirse en el más importante de la India en la época musulmana.

La vida de Akbar el Grande coincide con las habituales en las leyendas y los cuentos. Él fue el tercer emperador de la dinastía Mogol, sucesor de Humayun en 1556.

Ilustración Akbar (Wikipedia)Son los años de los emperadores fabulosos en aquel lugar de la Tierra que hoy se nos cuentan con fantasía y ensueño. Ciudades pobladas con princesas bellísimas y enjoyadas con rubíes y esmeraldas, gobernadores despóticos capaces de resolver los problemas de Estado con crueldad extrema. Guerras fratricidas. Palacios dotados de caprichos extravagantes, construcciones delirantes decoradas con elefantes engalanados, pavos reales o pájaros exóticos.

Jalaluddin Muhammad Akbar nació en Umarkot (hoy Pakistán) en 1542, descendiente nada menos que de las estirpes de Tamerlán y Gengis Kan.

Eran tiempos turbulentos, con un Imperio Mogol débil, decadente y apenas desarrollado. La vida de Akbar no fue fácil, dedicada a la guerra y a la expansión de un imperio que llegó a ser uno de los más grandes de su era, extendiéndose desde la actual Afganistán hasta Bengala y desde las cumbres del Himalaya hasta Mumbai.
Eran también los años de las batallas épicas y sangrientas, como la que protagonizó en Chittorgarh, un inexpugnable castillo que consiguió someter construyendo colinas de barro y rocas artificiales para franquear las murallas.

Dominios del Imperio Mogol en tiempos de Akbar

Pero en la Historia, Akbar no es recordado por sus méritos militares, sino sobre todo por su capacidad de desarrollar un sistema administrativo y de gobierno ejemplar que mantuvo unido un gran imperio, favoreció la economía, la prosperidad de todos los estratos sociales y el comercio. También por su carácter conciliador entre dos religiones y culturas que se enfrentaban en lo más cotidiano: la musulmana y la hindú. No sólo se casó con una mujer de origen rajput (Jodha Bai, procedente del esplendoroso Amber) sino que permitió que las prácticas e influencias hindúes entraran en su palacio, lo que le supuso vencer no pocas resistencias internas. También se atrevió a cancelar el tradicional impuesto mogol sobre las cosechas y los negocios hindúes, algo que provocaba las iras del pueblo.
Su apertura de mente y su capacidad de presentar su gobierno de forma amable para los hindúes ha sido siempre considerada una de sus principales virtudes políticas. Sobre todo teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de las personas que vivían en sus dominios eran hindúes.
A pesar de ser analfabeto, Akbar supo rodearse de hombres sabios y convirtió su corte en un gran centro de culto a las artes y las letras. Es conocido su interés por la pintura y la escritura; en sus años se realizaron importantes traducciones del sánscrito al persa y viceversa.

Akbar entabló relaciones diplomáticas con el Imperio Portugués, que por entonces se establecía en los alrededores de Goa y reconocía la superioridad militar de los mogoles.

En los últimos años de su vida, y tras prolongados trabajos de debate con responsables de distintas religiones, llegó a fundar una nueva religión (llamada “din-i-ilahi”, “La Fé Divina”) que asimilaba Islam e hinduismo, aunque estaba demasiado centrada en su persona y no prosperó tras su muerte.

Fatehpur Sikri

Fatehpur Sikri. Foto: Álvaro Maldonado, SGI

Fue Akbar quien ordenó trasladar la capital del imperio a Fatehpur Sikri, cerca de Agra. Un emplazamiento que se convirtió en inviable por falta de agua y tuvo que ser abandonado casi sin uso, pero que hoy nos permite visitar una sorprendente ciudad fantasma.

Akbar murió en 1605, con 63 años. Hoy está enterrado en el precioso mausoleo de Sikandra, en Agra.

Sikandra

Mausoleo de Sikandra. Foto: Álvaro Maldonado, SGI.


Sobre el autor:
DavidDavid Martín es colaborador de Sociedad Geográfica de las Indias. Fascinado por India, sus gentes y su diversidad, David colabora con Sociedad Geográfica de las Indias desde 2008, haciéndolo compatible con su trabajo en organizaciones como Unicef o Amnistía Internacional. Con nosotros ha dirigido la estrategia de comunicación y redes sociales hasta 2011 y actualmente colabora aportando una visión humana, transformadora y comprometida, asegurando que un viaje exclusivo y de alta calidad sea compatible con una experiencia enfocada al descubrimiento y el respeto por las personas y las costumbres locales. Para más información: [Quiénes somos]