Se acerca la primavera y la India se prepara para vivir uno de sus festivales más llamativos para dar la bienvenida a la nueva estación. Es la fiesta Holi y en especial la celebración de la víspera: la Holika Dahan.
Esta leyenda, que simboliza el triunfo del bien sobre el mal, da origen a las numerosas hogueras que se encienden a lo largo y ancho del país durante la fiesta Holi, pero no es la única. La riqueza de la cultura hindú explica las historias de otros dioses que también se recuerdan durante estos días.
Este es el caso de Kamadeva, el dios del amor en la mitología hinduista y el creador de las enseñanzas Kama-Sutra, cuyas flechas decoradas con flores son capaces de despertar el amor en cualquier ser humano o divino.
Cuenta la leyenda que Pavarti pidió una vez ayuda a Kamadeva para que con sus flechas de flores hiciera surgir el amor y los deseos de Shivá hacia ella. Kamadeva accedió a hacerlo, pero Shivá se enfadó tanto por haberle interrumpido en sus prácticas de meditación que abrió su temido tercer ojo y convirtió en cenizas con tan solo una mirada al dios del amor. A pesar de su furia, Shivá terminó por unirse a Pavarti y esta le pidió que resucitase a Kamadeva, pues con su muerte había desaparecido el deseo sexual en el mundo. Por lo tanto, las posibilidades de que los humanos volvieran a reproducirse eran escasas. Shivá decidió resucirtar a Kamadeva pero solo como una imagen mental. De este modo, la resurrección de Kamadeva no fue corpórea, sino espiritual y así nació la enseñanza de Shivá a la humanidad: los humanos deben valorar el estado mental del amor por encima de la lujuria física.
Las hogueras encendidas durante las fiestas de Holi conmemoran esta leyenda y muchas personas adoran a Kamadeva con el ofrecimiento de flores de mango y pasta de sándalo.
Holi es ante todo una fiesta de carácter religioso, donde la fraternidad, la diversión y la alegría también están muy presentes. Una fiesta que, si puedes, no debes perderte.