Escrito por: Verónica Aranda
En 2013 se cumplieron cien años de la concesión del Premio Nobel al escritor bengalí Rabindranath Tagore, y Shantiniketan sigue siendo un lugar sagrado de peregrinación obligada para sus lectores. Tagore fue el último hombre renacentista de la India -poeta, novelista, cuentista, ensayista, dramaturgo, compositor, pintor, coreógrafo, pedagogo, actor y cantante- y su influencia se palpa aún en todas las ramas artísticas, especialmente en la región de Bengala.
A unos 160 kilómetros de Calcuta, cerca de la localidad de Bolpur, el sereno asentamiento de Shantiniketan fue fundado por Tagore como escuela, para convertirse más tarde, en 1921, en la Universidad Visva Bharati.
Originariamente, el padre del escritor había comprado parte del terreno para construir en 1863 un ashram o pequeño centro de meditación. Tagore invirtió el dinero del Premio Nobel en este proyecto pedagógico y quiso establecer una institución donde se practicara el gurukul, un sistema tradicional de instrucción donde los gurús enseñaban a sus discípulos al aire libre, a la sombra de los árboles, para que la experiencia del aprendizaje fuera más agradable y fructífera. La Universidad también daba importancia a la vida en comunidad y estaba especializada en todas las artes y humanidades, con particular énfasis en la cultura bengalí.
Hoy en día, a pesar de que su estructura es algo más convencional, la universidad sigue manteniendo y respetando la tradición de las clases al aire libre y figura entre los centros de enseñanza superior más prestigiosos de la India. Por ella han pasado ilustres alumnos como el Premio Nobel de economía Amartya Sen, Indira Gandhi o el cineasta bengalí Satyajit Ray, famoso por su trilogía de “Apu”. Destaca la facultad de Bellas Artes, considerada una de las mejores del mundo. La relación de Shantiniketan con el arte contemporáneo se refleja en las obras que expone de muchos de los principales artistas del país, como Binode Bihari Mukherjee, Nandlal Bose y Ram Kinkar Baij.
Vale la pena tomar un rickshaw para dar una vuelta por el campus universitario donde abunda la vegetación, y hacerte una idea de sus dimensiones y filosofía. Dentro del mismo está el Uttarayan Complex, donde vivió y trabajó Tagore durante muchos años, escribiendo allí algunos de sus clásicos.
También se encuentra allí el Purvapalli, un conjunto de casas y jardines donde se alojaban los amigos e invitados de Tagore, entre los que figuraba Mahatma Gandhi. Si quieres zambullirte aún más en la vida universitaria, es aconsejable almorzar en alguna de las cantinas estudiantiles y asistir a un concierto de rabindra sangeet (canciones compuestas por Tagore), que se celebran todas las tardes en el campus.
No te puedes perder el Vichitra Museum, consagrado a la vida del poeta, que alberga numerosas fotografías familiares y sus pinturas, que desarrolló a partir de los bocetos que realizaba en los márgenes de sus obras escritas.
Los alrededores de Shantiniketan también ofrecen atractivos al visitante. A tres kilómetros se encuentra un jardín de ciervos y un santuario de pájaros. Además, hay un centro de artesanía, el Amar Kutir, donde podrás comprar productos locales, y todos los sábados hay un interesante mercadillo de artesanía, el Sanibar Haat.