Taj Mahal, el Valle de Katmandú o las playas de Mirissa. El mundo está lleno de lugares fascinantes que, en ocasiones, adolecen de un aforo masivo que no solo daña el patrimonio, sino también arruina cualquier experiencia. En una actualidad en la que el viajero cada vez apuesta por lugares más alejados de las rutas convencionales, estos destinos menos masificados para viajar se convierten en las mejores opciones.
Escrito por: Alberto Piernas
Assam (India)
Al este de India, y rodeado por los países de Bután y Bangladesh, el estado de Assam se descubre como uno de los destinos más fascinantes (e infravalorados) de todo el subcontinente indio. Un paraíso natural donde se dan cita desde algunos de los campos de té más bonitos del mundo (zona de Tocklai) hasta la isla fluvial de Majuli, también considerada como la más grande de estas características. Un mundo de verde superlativo cuyas rutas siempre desembocan en dos parques nacionales únicos: Karizanga, la mayor meca del rinoceronte; o Manas, Reserva de la Biosfera donde los elefantes o el panda rojo apenas se inmutan ante la presencia de otras personas en el que es uno de los destinos menos masificados para viajar.
Madhya Pradesh (India)
Designado como uno de los mejores destinos del mundo en relación calidad-precio por la prestigiosa editorial Lonely Planet, Madhya Pradesh en ocasiones eclipsado por el vecino estado de Rajastán, es un paraíso en el que deleitarse con cientos de experiencias, especialmente en lo que concierne a sus parques naturales. Tierra de las panteras, osos y tigres que inspiraron al propio Rudyard Kipling para la obra El libro de la selva, en Madhya Pradesh convergen dos de los parques nacionales más importantes de India: la Reserva de Tigres de Bandhavgarh y el Parque Nacional de Pench, ideales para refugiarse en un ecolodge de farolillos tenues y cenas con vistas a ríos susurrantes.
Karnataka (India)
Sí, puede que Karnataka cuente con lugares tan famosos como el complejo de Hampi o las ciudades de Mysore y Bangalore. Pero esto no significa que este gigante estado indio no englobe destinos menos masificados para el viajero de a pié. Desde las playas semisalvajes de Gokarna hasta Dwarasamudra, templo de la dinastía Hoysala considerada como una de las principales construcciones de India del Sur, Karnataka es una tierra que nunca deja indiferente a todo aquel que emprende un viaje a India.
Bután
Nombrado como Mejor País Para Visitar en 2020, también por la editorial Lonely Planet, Bután evoca en sí mismo un país apenas explorado por el turismo de masas. Perfecta opción para un viajero que cada vez demanda más la exclusividad y el turismo sostenible, el considerado como país más feliz del mundo es un paraíso al que Internet llegó hace apenas unos años y sus gente aún conviven entre monasterios y arrozales en total armonía. Descubre los dzongs (o fortalezas butanesas) donde sus monjes pintan mandalas envueltos en total silencio, atraviesa los ríos que sostienen puentes colgantes de otro tiempo, o asciende hasta el Nido del Tigre, templo excavado en las montañas del Valle de Paro donde nació el budismo tan ligado a la cultura de Bután. Uno de los destinos menos masificados en los que respirar tranquilidad en todo momento.
Aluvihara (Sri Lanka)
Dambulla, en el Triángulo Cultural de Sri Lanka, está considerado como el templo cueva más famoso de la isla. Un lugar fascinante, pero en ocasiones masificado, que encuentra en las cuevas de Aluvihara su perfecta alternativa. Situada a 30 kilómetros al norte de la ciudad de Kandy, Aluvihara es un sistema de cuevas cuya primera actividad humana se remonta al siglo III d.C., ya que fue aquí donde se escribieron los primeros preceptos budistas en idioma pali, concretamente en una hoja de palmera. Tras entrar a través de un jardín tropical con diferentes estatuas, en el complejo pueden descubrirse varios murales además de una estatua de Buda reclinada.
Mustang (Nepal)
Cuando pensamos en una ruta de trekking por Nepal, los Annapurna es el primer lugar que se nos viene a la cabeza. Sin embargo, en un país lleno de rincones secretos invadidos por picos nevados y valles eternos, encontrar otros caminos para los aventureros es más que posible en alguno de sus destinos menos masificados. El último ejemplo es el llamado Reino de Mustang, un estado limítrofe con el Tíbet cuya actividad turística fue recientemente renovada, exigiendo nuevas tarifas a cambio de experiencias aún más exclusivas. Una ruta que empieza y termina en Gomsa y suele extenderse durante unos 15 días visitando páramos áridos, pueblos de costumbres totalmente diferentes y templos budistas aislados que velan por las montañas más altas de la Tierra.
Feydhoo (Maldivas)
Maldivas es ese archipiélago soñado donde descansar en un resort exclusivo, convirtiéndose en la mejor base para bucear, descansar y sentirse el viajero más afortunado del mundo. Sin embargo, allá afuera hay cientos de lugares por descubrir entre islas y pueblos tropicales, entre ellos Feydhoo, una isla habitada en el atolón Addu. Resultado de la emigración local durante los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, Feydhoo supone un delicioso conjunto de casas de colores devoradas por árboles frutales y en cuyas calles siempre aguarda un final azul índico. Ideal para experimentar las Maldivas locales sin renunciar al paraíso en uno de sus destinos menos masificados.
Luang Prabang (Laos)
Considerada como la hermana tímida de Vietnam y Camboya, los otros dos gigantes que conformaban la Indochina Francesa, Laos recién despierta al turismo conservando parte de su encanto hipnótico. Antiguamente conocido como el Reino del Millón de Elefantes, Laos es naturaleza viva, altas palmeras acariciando pueblos con techo de palma y ciudades alimentadas por el río Mekong como Luang Prabang. Un epicentro donde disfrutar de mercados nocturnos, callejuelas de encanto colonial o templos como Wat Xieng Thong, emblema de la ciudad donde aún yacen las coronas de los grandes reyes laosianos.
Koh Rong (Camboya)
Cuando pensamos en el país camboyano, el primer lugar que se nos viene a la mente es, sin duda, Angkor Wat. De hecho, este suele ser el principal destino al que todo viajero accede, especialmente enlazando con una travesía desde Vietnam. Sin embargo, el famoso templo de Siem Reap supone tan solo la punta del iceberg de una nación rica en tradiciones, ruinas… y también playas de ensueño. Llega hasta el sur y descubre Koh Rong, la isla más famosa de Camboya y formada por hasta 28 playas de un azul celeste en el que sentirse la persona más afortunada del planeta.
¿Con cuál de estos destinos menos masificados te quedas?