Escrito por: Tania Rodrígeuz
La madre naturaleza se muestra en sus plenas facultades y expresiones en los parques naturales de India. Pocos países en el mundo gozan de semejante diversidad y, en consecuencia, de tal número de Parques Naturales -actualmente hay cerca de cien Parques Nacionales de India-, lo cual supone un área territorial de casi 40.000 kilómetros cuadrados.
La belleza y majestuosidad de estos espacios de protección natural conlleva una mayor atención turística, sin embargo, la mayoría de los tours de estas características se centran en cuatro o cinco nombres, entre ellos el Parque Nacional de Bhandavgarh o de Pench, olvidándose –o relegando a un segundo plano- a otros destinos igualmente sorprendentes. Muchos de los parques naturales de India son unas joyas todavía por descubrir. A ellos dedicamos hoy este artículo.
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Uno de los espacios de mayor valor del país se halla en el Bosque de Gir, ubicado dentro de una reserva natural en el estado de Guyarat. En India se refieren a este lugar como el Santuario, una región de más de mil kilómetros de extensión en la cual se topa el Bosque mencionado –antiguamente coto real de caza-, en el que viven los últimos ejemplares salvajes de león asiático, aproximadamente entre unos 200 y 260. Además de este tipo de felino, es posible avistar leopardos, tigres, gatos de la jungla, hienas rayadas, chacales, mangostas indias y gatos monteses. Más al norte, en el estado de Uttaranchal, se sitúa el Parque Natural conocido como Valle de las Flores, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco a finales de los noventa. Alberga una amplia variedad de fauna y flora, esta última responsable de la gran belleza de sus laderas y prados, atestados de orquídeas, papaveráceas, caléndulas o margaritas, entre otras flores.
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Los amantes del mar hallarán en el Parque Nacional Marino del Golfo de Mannar un tesoro submarino exquisito, formado debido a la franja de tierra que en su día unió India con Sri Lanka. Impresionantes corales, peces payaso, delfines, serpientes de mar, tortugas, ballenas y un sinfín más de especies marinas hacen de este ecosistema un paraíso para buceadores y Julios Verne modernos.
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Como contraposición, al noroeste de India, haciendo frontera con Pakistán, se encuentra en pleno Desierto de Thar el Desert National Park, uno de los de mayores dimensiones del país con más de tres mil kilómetros cuadrados. Su atractivo reside en sus magníficas dunas de arena onduladas, sus noches estrelladas, sus silencios como de otro mundo, sus rutas en camello, sus safaris en jeep, sus pueblos blancos de adobe y, cómo no, sus restos fósiles de dinosaurios con seis millones de años de antigüedad. Los mejores meses para visitar este fascinante Gran Desierto Indio declarado Parque Nacional van desde noviembre a enero.
Otros espacios naturales dignos de ser visitados son los de Ranthambore, uno de los más grandes del país situado en el estado norteño de Rajastán, conocido por su población de tigres en estado salvaje; así como el Parque Nacional de Pin Valley que, debido a su proximidad con el Tíbet, presente una gran influencia de esta cultura siendo habitual toparse con lugares sagrados y monasterios de singular atractivo. Debido a su altitud, los meses más recomendables para visitar la zona van de julio a octubre. Por otro lado, en el sur de India, se halla una de las maravillas naturales más llamativas de la región, las verdosas montañas Ghats (Patrimonio de la Humanidad).
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Allí, en los Ghats del suroeste, sobre las Colinas Nilgiri, está el Parque Nacional Valle del Silencio, un lugar tranquilo y apartado, atrapado por la inmensidad de los bosques húmedos tropicales de la zona. Regado por el río Kuntipuzha a lo largo de más de quince kilómetros, este exótico valle cuenta además con la mayor población de Monos de Cola de León del mundo, un primate en peligro de extinción. Todos estos rincones naturales no hacen sino reivindicar a esa otra India alejada del caos de la ciudad, los bailes exóticos y las playas hippies. Esa India que, en silencio, continúa enseñándonos a disfrutar de lo que nos rodea con muy poco.