Festival Holi, uno de los festivales más impactantes de India, se celebra coincidiendo con la luna llena que anuncia el inicio de la primavera.
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Festival Holi, conocido originalmente como Holika, es una fiesta religiosa celebrada por hindúes y sijs. En India se celebra a lo largo y ancho del país, aunque el nombre y los ritos que acompañan a la fiesta varían de un estado a otro.
Una de las celebraciones más populares y extensas es la de la región de Braj, donde la fiesta de Holi llega a durar dieciséis jornadas frente a las tres de rigor. Mathura y Barsana son dos de los lugares en los que la fiesta alcanza las mayores cotas de entusiasmo.
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Al margen de la duración más o menos extensa de la fiesta, hay dos días claves: la víspera, conocida como Holika Dahan (o ‘la noche de la hogueras’) y Dhuleti, una fiesta sin freno pasada por agua multicolor.
Holika Dahan, la noche de las hogueras.
Holika Dahan, conocida popularmente como “Chhoti Holi” (Pequeña Holi), es la fiesta que se celebra el día de la víspera y que simboliza el triunfo del bien sobre el mal. Existen numerosas leyendas asociadas a esta antigua tradición. La más popular es la de Holika y Prahlad:
Cuenta la leyenda que una vez existió un rey demoníaco muy poderoso, llamado Hiranyakashyap, que deseaba, por encima de todas las cosas, ser adorado como un Dios. Su hijo Prahlad, contrario a sus deseos, se convirtió en fiel seguidor de Lord Naarayana (Vishnú). Presa de la ira, Hiranyakashyap ordenó a su hermana Holika que acabara con la vida de Prahlas. Para ello debería coger al pequeño en brazos y meterlo dentro de una hoguera cuyas llamas sólo alcanzarían a Prahlad, ya que Holika contaba, supuestamente, con la protección del rey demonio. Holika obedeció y entró en el fuego con su sobrino en brazos. Pero las cosas no salieron según lo previsto. El bien prevaleció sobre el mal. Holika murió devorada por las llamas y Prahlad sobrevivió.
De esta leyenda, surge la tradición de quemar efigies de Holika en las hogueras que se encienden por todo el país el día de Holika Dahan.
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Dhuleti, la fiesta de los colores.
El día central de la celebración de Holi es un día reservado a la fiesta y el juego. No hay rituales especiales, salvo el de tirar agua teñida de colores a todo aquel que se nos cruce en el camino.
Se trata de una fiesta que no conoce restricciones, un juego de excesos que reúne a hombres y mujeres de todas las edades que, quizás sólo una vez al año, se mezclan libres del recato al que viven acostumbrados.
La idea es que todos, independientemente de su posición social, casta, sexo o religión, se sientan iguales por un día. Holi es el festival de la fraternidad y de la igualdad, un día en el que las rencillas quedan atrás y se celebra la vida en todo su esplendor. En un país como India, en el que el color es una pieza fundamental, Holi es el hermano mayor de los festivales.
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Los números de Bollywood y la música de dholak (tambor de mano típico de India) también forman parte del folclore de Holi. Pero si hay un elemento inseparable de la fiesta, además del color, es el bhang.
Bhang, la bebida de la alegría.
El bhang, convertido en ‘bebida oficial’ de Holi, es un potente embriagante que ayuda a intensificar el espíritu festivo. Se trata de un preparado extraído de las hojas y brotes de cannabis (marihuana). Puede ser fumado, masticado o bebido. Consumido con moderación puede resultar una experiencia divertida, pero un poco más de la cuenta puede frenar de golpe la fiesta.
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Sobre la autora: Nona Rubio es colaboradora de Sociedad Geográfica de las Indias. Le apasiona viajar y nos cuenta historias que hablan de un país inabarcable con el que hay que ser paciente si lo que pretendemos es conocerlo por dentro. Para más información: [Quiénes somos]