Siempre he pensado que las manos pueden decir muchas cosas. Es más, tengo que admitir que lo primero que hago cuando conozco a alguien es fijarme en sus manos. En India el lenguaje gestual de las manos tiene una importancia crucial. Su iconografía está plagada de alusiones a determinados gestos y posiciones de las manos que se conocen con el nombre de hasta mudras.
«Hasta mudras«, gestos de las manos.
Los hasta mudras, o mudras de las manos, pueden representar plásticamente determinados estados o procesos de conciencia, a la vez que pueden conducir al estado de conciencia que simbolizan. Aunque el número total de mudras es incierto, el hinduismo considera que hay 24 básicos, cada uno de los cuales posee una cualidad específica.
Doblando, cruzando, estirando y juntando los dedos y las manos, el cuerpo puede establecer una vía de comunicación directa con la mente. Así, hay mudras que favorecen la meditación y amplifican la consciencia.
En disciplinas como el yoga, los mudras, junto con los asanas (posturas corporales), son una herramienta fundamental. Dentro de artes escénicas tradicionales, como el teatro kathakali o la danza solista bharata natyam, los hasta mudras interpretan uno de los papeles principales.
Otros mudras.
Además de los mudras de las manos («hasta mudras»), existen otros que se realizan con diferentes partes del cuerpo o que combinan varias de éstas. Los «mana mudras» son mudras de cabeza. Su práctica implica el uso de ojos, oídos, nariz, lengua y labios. Los «adhara mudras», o mudras del perineo, redirigen el prana (energía vital) desde los centros inferiores hacia el cerebro. Otros, como los «kaya mudras», mudras posturales, utilizan posturas físicas combinadas con la respiración y la concentración.
El fundamento científico.
En términos científicos, los mudras proveen un camino para acceder a los reflejos inconscientes y primarios, hábitos y patrones instintivos que tienen su origen en áreas primitivas del cerebro, alrededor del tronco cerebral. Crean una conexión sutil, no intelectual, con esas áreas. Cada mudra establece un vínculo diferente y tiene un efecto distinto en el cuerpo, la mente y el prana.
El objetivo es crear posturas y gestos fijos y repetitivos que ayudan al practicante a deshacerse de patrones instintivos y llegar a una consciencia más refinada.
Tres mudras sencillos:
Dhyana mudra.
Es el gesto de la meditación y la concentración. En este mudra, el dorso de la mano derecha descansa en la palma de la izquierda de tal manera que las puntas de los pulgares se tocan ligeramente. Las manos descansan en el regazo.
Vitarka Mudra.
Es el gesto de la enseñanza. La mano derecha está a la altura del hombro, con las puntas de los dedos pulgar e índice formando un círculo. En una variante de este gesto de la enseñanza, la mano izquierda se apoya en el regazo con la palma hacia arriba.
Anjali mudra (o Namaskara mudra).
Es el gesto del saludo y la veneración y, probablemente, el más antiguo de todos los mudras. También es el gesto habitual de saludo en India. En él las palmas se mantienen unidas a nivel del pecho.
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Sobre la autora: Nona Rubio es colaboradora de Sociedad Geográfica de las Indias. Le apasiona viajar y nos cuenta historias que hablan de un país inabarcable con el que hay que ser paciente si lo que pretendemos es conocerlo por dentro. Para más información: [Quiénes somos]