Pablo Pascual, durante uno de sus primeros viajes a India.
Corazón de Sociedad Geográfica de las Indias, Pablo Pascual nos comparte las emociones de un país llamado India al que mira como un segundo hogar.
Pablo junto a Misal Ji, pilar fundamental de Sociedad Geográfica de las Indias, durante un reparto de mantas para el invierno en un internado de niños ciegos de India.
Los kilómetros que separan a Pablo de su querida India son simplemente físicos, las fronteras se han diluido. En el país del Taj Mahal hay semillas que anuncian una herencia emocional que acaricia la tierra y el cielo, sonrisas eternas que relucen en pequeños pueblos y tantas experiencias como huellas en el camino. Sociedad Geográfica de las Indias no se concibe sin Pablo, alma mater de un viaje que comenzó hace muchos años y aún hoy prosigue con vocación de eternidad. En mitad de esa travesía constante, Pablo hace un alto para hablarnos de India, sus miradas y reflexiones.
1) ¿Cómo recuerdas tu primera vez en India?
El factor humano: la clave que marca cualquier viaje a India.
Durante mi primera vez en India asistí a la boda de unos chicos que se casaban en Mumbai. Recuerdo al padre de la novia, que era un oficial de aviación del ejército indio con un enorme bigote blanco, aquella casa colonial realmente peculiar y un elefante en plena calle. La sucesión de cuervos, perros y otros animales en Elephanta Island, el aroma de India que me acompañaría el resto de mi vida.
Pero en concreto, tengo dos recuerdos muy vívidos y marcados: el primero procede de un descampado donde a alguien se le ocurrió colocar un semáforo. Yo venía de cambiar pesetas por rupias y me devolvieron grandes fajos de billetes. Montado en el tuk tuk, un grupo de niños vino corriendo, se me cayó uno de esos fajos, y uno de ellos me lo devolvió.
El segundo recuerdo procede de la isleta ubicada bajo el apartamento donde estaba alojado. Allí vivía una familia y recuerdo los ojos del padre. Cada mañana, nos cruzábamos la mirada y había en ello una exquisita humanidad por ambas partes, sin etiquetas de ricos o pobres. Esa mirada quizás fue la que me hizo volver a India.
2) ¿Qué recomendarías a un viajero que quiera viajar a India antes de ir?
Le recomendaría que se dejase llevar y fluir. Si quieres ver documentales o películas antes de ir, es una opción; y si no quieres saber nada, también. Un primer viaje a India debe ser siempre experimental, sin fronteras entre sentimientos y emociones.
Pablo y Marina en el ‘garaje fundacional’ de Sociedad Geográfica de las Indias, hace casi 20 años.
3) Prejuicios sobre India que no son ciertos
El prejuicio clásico es que India es un país pobre, algo que no se corresponde con una nación cuyo PIB es uno de los mayores del mundo, por no hablar de su potencia nuclear o hitos como su desembarco en la cara sur de la Luna en verano de 2023. India es un país con un gran vigor.
Otro prejuicio reside en la creencia de que es un país atrasado, pero tampoco es así: tienen el mayor call center del mundo y es el mayor productor de software del mundo. Todo ello, sin olvidarnos de aspectos como la inteligencia artificial. Un viaje a India se convierte en algo memorable porque en un mismo día puedes vivir en tres siglos diferentes. Son las caras de un caleidoscopio lleno de riqueza.
Por último, el tercer prejuicio clásico engloba las enfermedades. Toda la humanidad ha pasado por una pandemia, India lo ha gestionado relativamente bien y el tema de salubridad y enfermedades, pues depende: puedes estar en los lugares más suntuosos del mundo pero también en otros más humildes.
Logo inicial de Sociedad Geográfica de las Indias
4) ¿Cómo actúa el factor humano a la hora de elevar un viaje a su máximo potencial?
El factor humano es todo. Los destinos, las ciudades o las comidas no son más que hechos que, tras ser interpretados por un humano, pasan a convertirse en experiencias y, por ende, a formar parte de nuestras vidas. La forma en que el humano interpreta los hechos que vive es realmente donde está el misterio, con lo cual el factor humano lo es todo. Tanto durante el inicio como el desarrollo y el final, nosotros abogamos por construir una experiencia donde el factor humano siempre sea el centro. Cuando tratamos de diseñar un viaje, en muchos casos este factor tiene un poder transformador, es un viaje que empieza y abre una dimensión de experiencias y conocimientos.
5) Un plato y un hotel en India
Hay un plato que a mí me hace muy feliz y es la tortilla masala para desayunar, con chili y especias. Cuando desayuno esto con un poco de cilantro me resulta vibrante, fresco, una sensación única que me recuerda que estoy en India y tengo todo el día por delante.
Entre los hoteles, elegiría Raas Devigarh, en las inmediaciones de Udaipur. Un maravilloso hotel al que se suma un contexto maravilloso como es el ecosistema del Rajastán rural y Udaipur, una de las ciudades más bonitas de India. Es un lugar único donde experimentar esa magia de los turbantes, los colores y la grandeza de otro tiempo en forma de fuerte. Un sitio totalmente delicioso.
6) ¿Siempre se vuelve a India?
Siempre se vuelve porque no puedes dejar de volver a lo que tú eres, ya que viajar por India es una experiencia que se adhiere en alguna zona recóndita del alma. Se vuelve a los colores, las sonrisas, las miradas… siempre se vuelve a ese lugar porque forma parte de ti.