Cuando se viaja por carretera por la India se observa un variadísimo número de animales: perros (muchos), gatos (pocos), burros, camellos, elefantes, cerdos (que parecen jabalíes), murciélagos, ardillas, varanos (yo tampoco sabía lo que eran), serpientes (domesticadas), monos, cebúes, búfalos… En una calle del centro de Nueva Delhi se nos atravesó delante del coche un grupo enorme de monos con las crías agarradas a la barriga de sus madres.
Pero quien manda es la vaca. Animal sagrado en la India como es sobradamente conocido.
Las vacas en la carretera, en las calles; por todas partes. Asombra. No es lo mismo que te cuenten que están libres por la carretera que vivirlo a bordo de un vehículo, casi siempre a velocidad inadecuada, plantadas en mitad justo de la calzada, a veces solas, a veces en grupo. Parece más bien que han ido a suicidarse. Digámoslo sin tapujos: es un despropósito, un sinsentido mayúsculo que además de exotismo –uno más en la India- aporta una sensación continua de peligro inminente al que no te acostumbras, además de contribuir notablemente a incrementar el caos de tráfico en las ciudades.
Lo asombroso es comprobar el bienestar que parece producirles este caos que las rodea, no se inmutan lo más mínimo ante el ruido insoportable de los miles de pitidos que soportan por minuto, la presencia de vehículos que les pasan rozando, la incomodidad del asfalto que las acoge existiendo a su alrededor una estupenda naturaleza. Entonces ¿Por qué? Por la comida.
Teoría de Lalit sobre las vacas indias:
«Las vacas indias son muy listas. Por las mañanas van a las verdularias o los mercados y eligen a una mujer vieja o fondona, la embisten suavemente en el culo, se asustan y dejan caer su compra, momento que aprovechan las vacas para comer las verduras. A mediodía se van a las rotondas, que es su centro de actividad, donde más se relacionan. Allí siempre hay santones o algún tonto que les dan de comer. También frecuentan floristerías para al menor descuido del dueño, comerse algunas flores. Otra característica es que los dueños de las vacas ponen en puntos estratégicos puestos de venta de piensos y la gente (que es tonta) compra los piensos para alimentarlas y el dueño además de hacer negocio, no se gasta una rupia en su alimentación. Y no me invento nada». Sentencia Lalit.
¿Por qué las vacas además de frecuentar las rotondas –completamente cierto- están a menudo tumbadas en el centro exacto de las carreteras?. “Porque allí la contaminación es mayor y por tanto hay menos mosquitos que las molestan mucho”. Sostiene Lalit.
J.J.C.