En la mitología hindú, los yakshas son espíritus de la naturaleza asociados a la tierra y la riqueza. Su versión femenina, los yakshinis, son sus contrapartes femeninas, bellas y asociadas a la fertilidad. ‘akshi’, ‘akshini’, ‘yakshi’: tardé en entender lo que aquella pequeña criatura a caballo entre mono y humano quería decirme. Su cuerpo era oscuro, pero también verdoso, tenía ojos curiosos y, aunque en un primer momento subí a la cama, poco a poco me dio confianza y me acerqué a él. No llamé a Peter aún, había salido un momento a preguntar por una moto con la que movernos por la zona. Me agaché hacia aquel ‘Akshi’, como terminaría llamándole, y el comenzó a jugar con mis delgados dedos hasta que, acto seguido, subió a la mesa y comenzó a rebuscar a mi riñonera. ¡Para, para! Pero no me hizo caso. Dejó caer su pequeña mano sutilmente por uno de los bolsillos, y extrajo un papel, ESE papel en el que habíamos anotado las coordenadas que una misteriosa mujer nos había revelado en un templo de Bangalore. Temí lo peor, pero no se marchó con el papel, al contrario: se acercó a mí y , con ojos llorosos, tiró de mi mano. Jugueteando con Akshi, pasaron las horas, no me di cuenta,pero Peter llevaba mucho tiempo fuera.