Luego de este recorrido que toma toda la mañana me espera un emocionante trayecto en tren de 4 horas y media por las montañas, ascendiendo hacia la parte del país famosa por las plantaciones de té de Nuwara Eliya.
Viene de: Qué ver en Kandy Sri Lanka: La vida de Buda y las danzas de Kandy (9º parte)
Magia en las plantaciones de té de Nuwara Eliya
En la estación, pequeña y antigua (del año 1800) tomo un tren por Sri Lanka igualmente antiguo, que me llevará a las plantaciones de té de Nuwara Eliya. Durante el trayecto me ofrecen de comida arroz con verduras y curry así como té. Por entre montañas con cascadas, valles, bosques, se desplaza lentamente el tren inglés de pasajeros que se conserva como una reliquia. Hay buen mantenimiento de la red férrea luego el tren es un medio de transporte de uso popular y común, muchas veces diario, pues hay trenes que funcionan para trayectos cortos, como intermunicipales, desplazando estudiantes y trabajadores.
Al llegar a la ciudad del té de Sri Lanka me espera el conductor, quien hizo el trayecto en dos horas y media. El frío se siente luego hay necesidad de usar ropa abrigada. Esta ciudad era sitio de “veraneo” de ingleses y otras colonias de extranjeros por eso la arquitectura de las casas tiene aire europeo. Hay hipódromo y lagos con lanchas para remar.
El hotel donde me hospedo es una antigua mansión inglesa muy bien conservada en sus pisos de madera, jardines de pinos podados con formas y flores de todos los colores.
Como tengo tarde libre visito la Parroquia de San Francisco Javier, (construida en el año 1800) y paseo por el mercado para conocer cómo transcurre el diario vivir y observar los productos que se ofrecen, por lo general pescado y mariscos secos, aves y muchas frutas y verduras así como hierbas y condimentos. La única fruta extraña es el Garuvudá, especie de mamoncillo, viene en racimos, cáscara de color verde claro; por dentro de la cáscara vienen 3 semillas largas cubiertas de una baba de un sabor ácido agradable. Compré y traje algunos para que mamá probara y otros para dejarlos como semilla. En el mercado había hasta anones y chirimoyas, esto demuestra que en Sri Lanka los diferentes climas favorecen el crecimiento de frutas que también tenemos nosotros.
Continúa: Fábrica de té en Sri Lanka (11º parte)
*Piedad Santos Gómez es una viajera colombiana que, de la mano de Sociedad Geográfica de las Indias, ha recorrido ya grandes países como India (Norte y Sur), Dubái o Sri Lanka. En sus relatos describe tanto los aspectos prácticos del país que visita, como todas sus experiencias vividas en el viaje.