Escrito por: Eva del Amo
¿A quién no le gusta que su pareja le diga lo mucho que le quiere? Hay muchas formas de hacérselo saber, pero sólo una de hacer que no lo olvide nunca: declararse en India. Una oportunidad única para pedir matrimonio, para recordar los votos recientes o para no olvidar los que se hicieron hace años. El escenario perfecto para confesar el deseo de que vuestras vidas sigan un mismo rumbo.
India, tierra de maharajás y escenario de las Mil y Una Noches, es el país romántico por naturaleza. Por ello muchas personas se decantan por una luna de miel en India o la convierten en parada obligatoria tras un viaje de novios en Sri Lanka o tras pasar una inolvidable luna de miel en Maldivas. Porque India no puede faltar en ningún viaje al subcontinente asiático que tenga al romanticismo como principal aliciente.
Es difícil imaginar un escenario más romántico que el que ofrece el Taj Mahal al atardecer, cuando el mármol blanco adquiere el mismo color que el cielo. El mundo parece detenerse por unos segundos… tiempo suficiente para que surjan esas palabras que llevamos tiempo queriendo decir a nuestra pareja.
El marco no puede ser más espectacular. Las emociones estarán a flor de piel. Es el instante perfecto para pedirle matrimonio y decirle cuánto deseamos una vida en común. Es el momento ideal para recordar ese “sí, quiero” que os disteis unos días antes. Es la ocasión única de decirle que, por mucho que pasen los años, tu amor seguirá intacto. Saca ese anillo que llevas preparado y ponlo en su dedo por primera vez. Observa su cara cuando vea esa joya que has comprado para una ocasión tan especial como ésta.
India está llena de ideas para un viaje romántico: palacios en donde disfrutar de una romántica cena a la luz de las velas y alojamientos con vistas a templos milenarios, donde tomar un cóctel con el sonido de los violines como banda sonora de un momento simplemente perfecto. Ciudades como Udaipur, donde dar un romántico paseo en barco por el lago Pichola, o preciosos monumentos como el Palacio de los Vientos de Jaipur, donde es fácil imaginarse a las mujeres del harén escondidas tímidamente entre el enrejado de sus casi mil ventanas.
Una velada perfecta con una mesa a todo lujo en la copa de un árbol sagrado de Khajuraho, disfrutar de un jacuzzi con vistas mientras la noche se abre paso y miles de estrellas alumbran el cielo. Ver un atardecer de mil colores en una playa de Goa, o recorrer los patios de espejos y salones majestuosos y solicitar una botella de champán en la suite de alguno de los hoteles más lujosos del mundo. Recorrer de la mano los preciosos jardines de un palacio, o susurrar palabras al oído junto a los dioses Vishnu y Krishna. Pasear por un mercadillo y que te coloquen al cuello una guirnalda de flores. India es el gran decorado de película que te invita a declarar tu amor. ¿Vas a desaprovechar tan magnífica oportunidad?