La industria del coco es una de las más relevantes del estado de Kerala – de hecho, «kera» significa árbol del coco en malayam – y hoy regala algunas de las mejores experiencias durante una visita a la «Tierra de Dios». Acompañamos a los trepadores de cocoteros de Kerala hasta el infinito y más allá.
Escrito por: Alberto Piernas
Trepadores de cocoteros en Kerala
A una hora y media de Kochi, la principal puerta de entrada a Kerala, existe un alojamiento llamado Dewalokam Organic Farm. Al entrar, aguarda un sambol de coco para desayunar, curry de vegetales con ínfulas de coco y galletas de coco. Es como la versión tropical de las gambas de Bubba en la película Forrest Gump, salvo que este personaje no estaba en Kerala, tierra donde los cocoteros ocupan un 40% de toda la extensión del estado. Sí, los cocos son un asunto serio.
Si vas más allá, esta granja orgánica incluso te ayudará a trepar por los cocoteros para atrapar tus propios frutos, al más puro estilo coconut-man local. Escalar un cocotero no es solo una cuestión de mecanismo y rutina, sino un arte en sí mismo. Para escalar un cocotero lo más importante es la seguridad en ti mismo, especialmente si te gusta el deporte, ya que este árbol requiere de la agilidad y fuerza necesarias para alcanzar todos sus secretos.
En ocasiones, se colocan unas plataformas de hierro que permiten al trepador del cocotero mantenerse erguido y seguro antes de lanzar los cocos al suelo, o cualquier otro material, ya que de estos árboles se aprovecha prácticamente todo: sus hojas se utilizan para hacer cobertizos, la cáscara del fruto para hacer cucharones, y las frutas para elaborar aceite para el cabello o preparar diferentes platos como los currys tradicionales o el appam, una especie de pan de pasta.
La práctica de trepar por los cocoteros se realiza desde tiempos inmemoriales a lo largo y ancho de todo el estado de Kerala: desde Trivandrum a Kochi, pasando por Kumarakom, Paravur, Mararikulam y Periyar, donde se ofrecen recorridos a los viajeros para visitar los cultivos, y algunos, incluso ofrecerte la posibilidad de trepar por el árbol.
Eso sí, no abuses de cierto elixir: el toddy, un ponche típico de la zona elaborado con savia fermentada de las flores del cocotero. Esta bebida se vende en los bares más destartalados de Kerala y abusar de ella puede jugarte una mala pasada al subir. El toddy es también el motor que sostiene una industria en decadencia, ya que a pesar de ser un empleo bien pagado, muchos habitantes de la zona no están dispuestos a trabajar en la recolección de coco, la cual se realiza poco antes del amanecer.
Pero no todo son malas noticias: además de los hombres, también las mujeres han sido reconocidas (por fin) como estupendas trepadoras de cocoteros tras una iniciativa del gobierno de la ciudad de Ernakulam. En 2018, cientos de mujeres fueron entrenadas para poder contribuir a esta actividad y así convertir el sector en uno aún más inclusivo (y productivo).
“Un día mi padre me pidió que lo acompañara al trabajo, y pronto nos encontramos trepando por los cocoteros de hasta 8-9 casas en nuestra localidad. Mi padre me enseñó a distinguir los cocos maduros de los crudos e incluso me dio consejos sobre cómo mantenerme firme en el árbol. Escalar un cocotero nos daría 40 rupias, y pudimos cubrir las casas rápidamente, así que ahora puedo mantener a la familia”, cuenta Sreedevi, una de las trabajadoras de esta promoción al diario The Better India.
La industria del coco en Kerala supone adentrarse en un mundo lleno de tropicalismo y costumbres que puedes descubrir durante tu propio viaje a India. Todo sea por elaborar tu propio toddy.