Durante los últimos años, el turismo slow ha ido ganando adeptos al proponer una forma de viajar diferente, sosegada, apreciando todos los matices de un destino. Si estás pensando en viajar al subcontinente indio, te contamos las mejores experiencias de turismo slow en India.
Escrito por: Alberto Piernas
El movimiento slow o «lento» es una corriente cultural que promueve ralentizar las actividades humanas. El primer referente de este movimiento tuvo lugar durante la apertura de una tienda de McDonald’s en la Plaza de España de Roma en 1986, momento en el que surgió la filosofía de la»comida lenta». Durante los siguientes años, la pasión por una vida más sostenible y apacible se extendió a otros sectores como la moda o, en este caso, el turismo.
Los viajes lentos nos invitan a disfrutar de un nuevo destino sin necesidad de sucumbir a ese ABC turístico, los horarios demasiado ajustados y el «estrés» que nace cuando queremos abarcar demasiados lugares. La intención aquí consiste en dejarse llevar por nuevos estímulos, pasear, descubrir y vivir el momento presente sin descuidar la necesidad de enamorarnos de esa ciudad, ese paseo en barco o un atardecer bajo los cocoteros. Experiencias que puedes disfrutar en tu próximo viaje a través de las siguientes propuestas de turismo slow en India.
Alleppey (Kerala)
El estado de Kerala, al sur de India, es conocido por sus locales como la «Tierra de Dios» gracias a las muchas bondades que ofrece este paraíso tropical. Puerta de las especias al resto del mundo y hogar de tapices de cocoteros, Kerala cuenta con más de 900 km de canales que conforman un modo de vida adaptado al agua y sus misterios. La mejor forma de adentrarse en esta tierra mágica consiste en tomar un house boat, o antiguo barco arrocero, en Alleppey para dejarse llevar por múltiples experiencias a disfrutar a tu ritmo: desde estancias con familias locales hasta espectáculos de kathakali, pasando por una estancia en uno de los muchos resorts de ayurveda que suponen el mejor oasis holístico.
Shillong (Meghalaya)
El estado de Meghalaya, al este de India, es un destino casi desconocido para las masas donde la tierra hace el amor con las nubes, especialmente en Shillong. Esta ciudad de montaña, conocida como la «Escocia del Este» ofrece un microcosmos sereno y chic donde dejarse llevar por sus muchos encantos. Por ejemplo, puedes recorrer a tu aire los lagos de Ward o Umiam, sucumbir al encanto de las Elephant Falls, o recibir un «baño de bosques» en la selva mágica de Mawphlang.
Pondicherry (Tamil Nadu)
Bicicleta, una palabra a tener en cuenta en el diccionario de turismo slow. Y es que este medio de transporte invita a una relajante experiencia a través de un nuevo destino, sin horarios, ni taxistas, sin necesidad de controlar el tiempo. En India encontramos infinidad de escenarios donde recorrer en bicicleta todos sus encantos, pero sin duda uno de los más característicos es Pondicherry. Esta pequeña ciudad del sur de India es una «pequeña Francia» cuyos tintes coloniales regalan calles de colores con el mar de espía. Tomar un café en sus bulevares, aproximarse a sus catedrales rosas o pasear por la playa son algunos de los planes que ofrece la ciudad famosa por aparecer en el libro Vida de Pi.
Varanasi
La ciudad más mística de India (y del mundo) es posiblemente uno de los mejores destinos de turismo slow. Asomada al sagrado río Ganges, la antigua Benarés es un festín de estímulos y colores, espiritualidad y sosiego. El aliento de los dioses nos conduce sin rumbo entre calles a las que se asoman mujeres de saris cromáticos, una vela, una estela, un aroma a sándalo que flota entre rituales. Que nos asoman a unos ghats (o escalones al río) donde perder la percepción de tiempo y espacio por un día. A veces, lo «slow» no entiende de consejos para convertirse en un estado natural.
Spiti Valley
Varanasi apunta a la espiritualidad de un río, y el Spiti Valley, en el estado de Himachal Pradesh, a la de las montañas. En este lugar de India del Norte seguimos la filosofía budista de los monjes que habitan en sus templos para fundirnos con el entorno. Una noche bajo los cielos más estrellados que habrás visto, un aire que parece llegar de otra dimensión, o una casa local donde se sirve una sopa caliente y la mirada se pierde por la ventana y esos picos nevados. Y si te relajas demasiado, sabes que siempre puedes tomar una Royal Enfield y conducir entre carreteras sinuosas. La velocidad cuando hablamos del turismo slow en India, a veces, está justificada.
Chikmagalur (Karnataka)
Chikmagalur es un distrito del estado de Karnataka cuyo nombre procede de su ciudad principal. Un perfecto punto de partida hacia un mundo mágico dominado por cascadas como Kallathigiri y Hebbe, cuya ruta se divide en dos etapas: las caídas grandes (Dodda Hebbe) y las pequeñas (Chikka Hebbe). Además, puedes realizar rutas de senderismo como el Kudremukh Trek o perderte entre sus plantaciones de té. Experiencias cuyo desenlace siempre ofrece la panorámica de una llanura donde volver a reconectar con la magia de los viajes.
Kolkata
Aunque Kolkata sea una de las ciudades más bulliciosas de India, su legado artístico y literario invitan a descubrir este icono con sosiego. No es necesario enlazar un rickshaw tras otro ni estresarte por tantos estímulos cuando puedes realizar un paseo relajado entre los últimos tranvías de India, los cafés literarios que regentaba Tagore o sus parques victorianos donde maravillarte con la fusión de Oriente y Occidente. No es el lugar, es el hilo conductor que eliges para conocerlo.
En Sociedad Geográfica de las Indias mimamos cada detalle de tu viaje a India para ofrecerte esa experiencia pausada, llena de matices e historias. Fundirte con la población local, apagar los relojes cuando te encuentres en ese spa o dejar que el atardecer sea suficiente en mitad del desierto del Rajastán.