Uno de los cuatro padres del gallo doméstico que todos conocemos en Occidente, el gallo de Ceilán, el ave nacional de Sri Lanka, conforma una de las más curiosas atracciones para los amantes del bird-watching a su paso por el país isleño.
El gallo de Ceilán, entre las selvas de Sri Lanka
En algún lugar del Parque Nacional de Yala, al sureste de Sri Lanka, un gallo a priori similar al que todos conocemos, abandona el trópico para hinchar sus plumas y lucir mejor sus colores. Solo es en ese momento cuando nos percatamos de que el gallo de Ceilán es, posiblemente, uno de los ejemplares más vistosos de esta especie domesticada años ha en Occidente.
Según diversos estudios, el gallo de Ceilán, también conocido como Gallus lafayetti en honor a Gilbert du Motier, marqués de Lafayette, es junto con el gallo de Java, el giro de la selva (India) y el gallo colorado de la selva (resto de Asia) el padre de todos los gallos que existen en Occidente como resultado de las antiguas relaciones coloniales.
El gallo de Ceilán luce 14 plumas en la cola, un plumaje rojo anaranjado y una cresta roja cuya principal característica es una mancha amarilla. Un ejemplar fuerte y musculoso, de unos 72 centímetros de alto, cuya vistosidad suele eclipsar a su hembra, la cual mide la mitad y luce colores marrones mucho más apagados que, por otra parte, facilitan su camuflaje en el trópico durante la época de anidación.
Buscando al gallo de Ceilán en Sri Lanka
El gallo de Ceilán, el ave nacional de Sri Lanka, consiguió esta distinción debido a su carácter endémico sin que por ello se haya convertido en animal doméstico o de corral en los hogares de la isla. Su condición de ejemplar tímido y su naturaleza salvaje le han permitido vagar por las carreteras y selvas de Sri Lanka con total libertad.
De hecho, si buscáis fotografiar o avistar al gallo de Ceilán, lo mejor será buscarlo en la conocida como zona seca de Sri Lanka, es decir, gran parte de la extensión del país sin contar las tierras del centro o la zona suroeste a través de lugares como el mencionado Yala, la Sinharaja Forest Reserve o las inmediaciones del río Kelani, escenarios perfectos en los que avistar a un gallo de Ceilán que quizás termine encontrándote a ti sin que te des cuenta.
Por supuesto, el ave nacional de Sri Lanka está protegida y sus ciclos de anidación, los cuales tienen lugar durante los tres primeros meses del año, deben ser respetados.
Un ave que evoca la perfecta versión tropical del ave occidental, conformando uno de los ejemplos más vistosos y singulares del bird-watching en Sri Lanka, esa isla en la que moran hasta 433 especies de aves diferentes, esa de la que un día Marco Polo se quedó prendado para siempre.
Y si saltamos de país, ¿sabes cuál es el ave nacional de la India?