En un momento en el que buscamos sentirnos más exclusivos en un destino, estos lugares de Sri Lanka sin turistas suponen el mejor secreto para una aventura libre de masificaciones.
Escrito por: Alberto Piernas
Miles de turistas peleando por tomar la mejor fotografía de un monumentos. Calles rebosantes de vendedores y visitantes. Colas interminables para ascender a una estupa milenaria. No sabemos si dentro de 30 años, las masificaciones serán lo mismo que antes del 2020 pero, por el momento, el turismo no solo se prepara para despegar, sino para hacerlo de una forma diferente.
Si pensamos en un lugar donde llevar a cabo esta nueva filosofía, Sri Lanka, destino ya abierto a viajeros internacionales, es uno de los primeros lugares que se nos vienen a la cabeza. Cuenta con iconos como la roca de Sigiriya o ciudades tan cosmopolitas como Colombo o Kandy. Sin embargo, esta vez vamos más allá: nos sumergimos en santuarios tan solo interrumpidos por el paso de un ciervo, pueblos de hospitalarios locales y elefantes errantes, o selvas que aún podríamos considerar casi impenetrables.
Bienvenidos al futuro. Bienvenidos a esos irresistibles lugares de Sri Lanka libres de turistas.
Koggala Lake
A medio camino entre Mirissa y Galle, dos de los lugares más turísticos de Sri Lanka, se halla un oasis ideal para reconectar con la población local de Sri Lanka. Tapizado de palmeras y barcas errantes, Koggala Lake ofrece al viajero la posibilidad de conocer a los agricultores que trabajan la canela, practicar rafting entre manglares exuberantes, avistar tortugas en sus cercanas playas o disfrutar de las experiencias que ofrecen ecolodges tan mágicos como Tri Lanka.
Jaffna
La versión del fin del mundo según Sri Lanka se llama Jaffna, zona ubicada al norte de la isla y olvidada durante años debido a la guerra civil que asoló el país durante más de dos décadas. Hoy, Jaffna despierta al viajero atrevido a partir de su majestuoso fuerte holandés, templos de colores, las panorámicas del Paso de Elefante o la experiencia de tomar un ferry destartalado a islas cercanas como Neduntivu. Una tierra donde el acento tamil pasa rápidamente al cingalés y su población se jacta de poseer el mejor mango del mundo.
The Knuckles Range
El corazón (literal) de Sri Lanka se ubica en las Central Highlands, entre los distritos de Matala y Kandy, desplegando una belleza panorámica única que invita a la mejor estancia sostenible. Aquí, tan solo unos pocos locales frecuentan el Sri Muthumariamman Temple, de marcada influencia hindú; nueve picos de más de 1200 metros se visten de bosques nubosos y la presencia de un microclima propio bendice especies de flora y fauna únicas como el mono de cara de hoja púrpura.
Kalpitiya
Cuando pensamos en las mejores playas de Sri Lanka, la mayoría de las miradas apuntan al sur y las zonas de Mirissa o Weligama; o Trincomalee, paraíso surf en la costa este. Sin embargo, Kalpitiya juega la baza de ubicarse al norte de Colombo, uno de eso lugares de Sri Lanka sin turistas más allá de quienes visitan los manglares de Negombo. Formada por 14 islas de una exuberante vegetación en cuyas aguas nadan crustáceos y delfines, la costa de Kalpitiya cuenta con unos pocos beach hotels a modo de primer boceto de un paraíso aún atrapado entre el anonimato y el incipiente turismo. Además, es un área ideal para la práctica de surf sin masificaciones.
Kataragama
El sur de Sri Lanka es mucho más que surf y playas. El mejor ejemplo cabe encontrarlo en Kataragama, un pequeño pueblo sagrado que cada año atrae a cientos de peregrinos llegados de todas las partes de la isla. Base del antiguo reino de Rohana, a partir del cual nacieron otros lugares de Sri Lanka, Kataragama cuenta con lugares únicos que van desde el templo Rissamaharama Raja Maha Vihara, o el templo Sella Kataragama, ubicado junto al río Menik. Kataragama es un lugar estratégico para una jornada en el más conocido Parque Nacional de Yala, por lo que supone una mirada auténtica a la fe budista sin desviarse demasiado de la ruta.
Yapahuwa
Según los escritos, Marco Polo llegó una vez hasta la antigua ciudad imperial de Yapahuwa para conseguir el zafiro más grande del mundo de manos de su rey. Hoy, los ecos de aquel encuentro titánico aún se respiran entre las escalinatas topadas de leones mitológicos o los restos de la fortaleza que el rey Bhuvenakabahu erigió en el siglo XIII para defenderse de las tropas del sur de India que llegaron en busca del Diente Sagrado de Buda. Una parada fascinante y alejada de los circuitos turísticos a descubrir desde la propia ciudad de Colombo o de camino al más famoso Triángulo Cultural.
Muthurajawela Wetlands
A tan solo 20 km de Colombo se despliega Mathurajawela, un conjunto de manglares considerados de gran importancia biológica que engloba hasta 102 especies de pájaros. Un espectáculo natural que supone la mejor forma de aproximarse a la población local, o avistar exuberantes aves azules camufladas entre el verde superlativo del lugar con mayor salinidad de toda Sri Lanka.
¿Te gustaría conocer todos estos lugares durante tu viaje a Sri Lanka?