Techo de palma y cocoteros alrededor: no necesitamos nada más en Bentota. ©Pixabay
De todos los pueblos costeros de Sri Lanka, Bentota es uno de lo más singulares gracias a su plantel de experiencias y atracciones. Te contamos qué ver en Bentota.
Escrito por: Alberto Piernas
Bentota: Sri Lanka es esto
Bentota, vista por el prestigioso fotógrafo ©Steve McCurry en 1995.
Existen tantas formas de conocer Sri Lanka como elefantes y plantaciones de té conviven en su geografía. Una de las más recurrentes consiste en comenzar en la capital, Colombo, y descender hacia la tropical costa sur a través de la carretera oriental que surca mares de cocoteros, rickshaws acelerados y grupos de pescadores tratando de capturar el atardecer. Será allí, en algún lugar donde un estuario interrumpe el abrazo entre el Índico y la tierra, donde nos encontramos con la mejor parada de camino al paraíso: Bentota, pueblecito situado en la boca del río homónimo cuyo nombre hace referencia al demonio Bem que una vez dominó el «tota» (o cauce del río). Una combinación entre espiritualidad y costumbrismo que revela los siguientes lugares imperdibles de Bentota.
Explora el pueblo en bicicleta
La vía ferroviaria Colombo-Galle, una de las señas de identidad de Bentota. © Pixabay
Bentota se deja empapar por ese cierto aire colonial que invade la cercana ciudad de Galle (56 km). Durante el dominio portugués, los europeos aprovecharon la ubicación estratégica del estuario para construir un pequeño fuerte que hoy rodea este pueblo de balcones de madera y calles adoquinadas ideales para descubrir en bicicleta. Desde los arrozales de las afueras, puedes penetrar por las calles hasta alcanzar las aguas turquesas del lago Dedduwa o husmear en sus mercados de pescado y frutas.
Brief Garden
Bienvenidos al País de las Maravillas Ceilandés (o Brief Garden). © Pixabay
Si continúas pedaleando, a 10 km del pueblo de Bentota te perderás en un pedacito de «El libro de la selva» que revela la casa del artista Bevis Bawa, hermano del prestigioso arquitecto Geoffrey Bawa. Durante el rodaje de La senda de los elefantes en 1953, los actores Vivien Leigh y Laurence Olivier se alojaron en esta casa famosa por una ecléctica colección de arte que incluye desde esculturas homoeróticas hasta murales inspirados en la obra de Marc Chagall. Un festín para los sentidos abrazado por el follaje tropical y el sonido de sus fuentes.
Galapata Raja Temple
La fascinante estupa de Galapata Raja. ©Pixabay
Siguiendo el cauce del Bentota Ganga nos encontramos con este inesperado templo construido en el siglo XVI. Un singular icono que engloba hermosos murales, una estatua de Buda reclinado y un dagoba – o estupa – que conserva un colmillo de Kasyapa, el principal discípulo de Buda, según cuentan. Durante la invasión de los portugueses, el templo fue saqueado y destruido, por lo que volvió a ser restaurado poco después.
Kande Vihara
Kande Vihara, o una de las estatuas de Buda más fotografiadas de Sri Lanka. ©RIU
Considerado como uno de los lugares más fotografiados de Sri Lanka, Kande Vihara (o Templo de la Montaña) es otro imperdible de la zona de Bentota incrustado en la cima de una colina cercana al pueblo de Aluthgama. Reconocido por el gobierno ceilandés como lugar arqueológico de gran importancia, este templo construido en el siglo XVIII destaca por su enorme estupa, un esqueje del árbol bodhi colmado de ofrendas y banderines de colores, la cámara de las reliquias o la gran estatua de Buda luciendo túnica amarilla y sentado sobre un enorme loto. Sin duda, uno de los lugares más recomendables que visitar en Bentota.
Río Bentota
El río Bentota, cuna de los deportes acuáticos. © Pixabay
La presencia del río Bentota no es casual y en su desembocadura encontramos numerosas propuestas en deportes acuáticos como windsurf, esquí acuático o pesca de altura, entre otras. Muchas empresas operan en las orillas del río a su paso por el pueblecito de Aluthgama y ofrecen también excursiones para visitar los islotes del estuario, pobladas de aves tropicales y franqueadas por hoteles boutiques desde la que acceder a todas las experiencias.
Playa de Bentota
La playa de Bentota, un pequeño paraíso en la costa oeste de Sri Lanka. © Pixabay
El pueblo de Bentota cuenta con un conjunto de playas que nada tienen que envidiar a sus coetáneas de la costa sur de Sri Lanka. Un arenal donde silban los cocoteros y el fuerte oleaje permite una tregua para darse un baño aunque, en ocasiones, algunos tramos dejen al descubierto la presencia de plásticos. En cualquier caso, Bentota Beach es un escenario ideal para adentrarse en la naturaleza exuberante de Sri Lanka.
Kosgoda Turtle Hatchery
Una pequeña tortuga en © Kogoda Project.
La isla de Sri Lanka alberga a diferentes especies de tortugas marinas que anidan en sus playas o son rescatadas por los pescadores al encontrarlas atrapadas en sus redes. Kosgoda Turtle Hatchery es un proyecto cuya sede encontramos a 11 km de Bentota e ideal para asomarse a esta realidad de la isla y fomentar la preservación de estos pequeños amigos. Además, también es posible realizar avistamientos nocturnos, ya que el pueblecito de Kosgoda alberga uno de los grandes nidos de tortugas no solo de Sri Lanka, sino de todo el continente asiático.
Ambalangoda
Entrada al Museo de Máscaras de Ambalangoda. © Pixabay
Si has decidido quedarte 2 o 3 días en Bentota, puedes acercarte a uno de los lugares más curiosos de Sri Lanka: el pueblo de Ambalangoda, cuna de las famosas máscaras de madera de la isla. Este pueblo costero ubicado a 22 km de Bentota alberga la factoría de máscaras más grande de toda Sri Lanka, donde diferentes generaciones de artesanos aún confeccionan estos complementos utilizados en la antigüedad para liberar a las personas enfermas de sus demonios y que aún se emplean en diferentes bailes y rituales regionales. Puedes complementar la visita al museo con un paseo por su no menos recomendable playa local.
Bentota supone una parada idónea durante tu próximo viaje a Sri Lanka, especialmente si buscas un primer appetizer a esa costa sur llena de secretos, playas de cuento y tardes de yoga y surf.