Frente a la costa de Hikkaduwa, yace uno de los grandes secretos de la costa oeste de Sri Lanka: el templo Seenigama Sri Devol Maha Devalaya, adorado por los pescadores de la zona.
Escrito por: Alberto Piernas
Seenigama Sri Devol Maha Devalaya: el secreto de Sri Lanka
Son las 6 de la tarde en una playa de Hikkaduwa, en el suroeste de Sri Lanka. Los cantos se elevan y los locales realizan una «puja» u ofrenda en forma de flores y productos envueltos en hojas de banano. El mar está en calma y el atardecer todo lo ilumina. Alguien teme que un tsunami vuelva a golpear la costa tan fuerte como lo hizo en 2004, pero la comunidad lucha, día a día, por vencer ese miedo tan irracional al mar. El océano Índico nutre estos pueblecitos tropicales de vida y trabajo, de una pesca convertida en estilo de vida.
El mejor ejemplo cabe encontrarlo en el horizonte, donde los tejados dorados de un pequeño templo sostenido por los corales parece encerrar un mundo milenario. Así es Seenigama Sri Devol Maha Devalaya, el templo de los pescadores (y de nombre casi impronunciable) situado a 700 metros de la costa de Sri Lanka.
Historia de Seenigama Sri Devol Maha Devalaya
Como muchos de los iconos de Sri Lanka, el Seenigama Sri Devol Maha Devalaya también ostenta una de esas historia místicas y únicas.
El templo fue erigido en honor al dios Devol, hijo del rey Rajasinghe de la ciudad de Kudupura, quien desterró a Devol y sus otros seis hermanos por su mal comportamiento a navegar a bordo de un barco errante por los mares de la isla.
Los hermanos naufragaron cerca de Seenigama hasta alcanzar la orilla. Aún se desconoce qué sucedió con sus otros seis hermanos, pero Devol pudo quedarse tras curar a los enfermos de siete lugares de la zona, entre ellos la actual aldea de Weeragoda y la mencionada Seenigama.
Seenigama es un pueblecito perdido entre palmeras y playas en las que anidan tortugas, donde la carretera que lleva a Colombo acoge motociclistas y tuk tuks y el ambiente está embriagado de incienso y fervor. De hecho, en algunos puntos de la zona, se colocan cajas de madera en las que los viajeros puedan donar algunas monedas para la causa del templo. Sin embargo, hay una razón más concreta para temer al dios Devol y honrarle en su pequeño templo.
Las maldiciones de Devol
Según cuenta la leyenda, Devol es capaz de maldecir a sus adversarios, motivo por el que todos los creyentes adoran el Seenigama Sri Devol Maha Devalaya . Si alguien ha sufrido las consecuencias de una injusticia, se suele tomar la barca y acudir al templo para que el dios imponga un castigo al causante de tal mala suerte. Para ello, se muelen chiles en una piedra especial ubicada en el complejo.
Creencias místicas aparte, el templo de Devol es un fascinante refugio por esta pequeña isla de gran valor histórico. El soporte del templo, según los creyentes, es el barco que trajo a Devol a la costa y donde hoy el pequeño templo acoge a curiosos y creyentes como el mejor refugio.
Un pintoresco lugar donde puede contemplarse una de las estatuas doradas dedicadas a Devol, además del pequeño templete. El perfecto lugar donde sentir que vas más allá de todo lo establecido durante una aventura por Sri Lanka. De fundirte con un misticismo que solo puede evocar la isla de las serendipias.
¿Te gustaría conocer este templo durante tu viaje a Sri Lanka?